lunes, 3 de septiembre de 2018

En que reside la verdadera “rentabilidad” de la infraestructura

Cuando el Banco Mundial publicó hace décadas su Manual de Proyectos, hablaba desde el punto de vista del  …. prestamista. Eso era explicable por quien escribía. Era un punto de vista monetario y de corto plazo. Enfocado en la capacidad de repagar el préstamo por parte del país promotor de la infraestructura.
Pero las naciones deben evaluar los proyectos desde un punto de vista de la economía física y el bienestar general, no del prestamista.
¿Cuál es la función del Estado? A diferencia de una empresa privada, no es hacer caja, ni la utilidad monetaria. Es el bien común general de la población; el incremento de la densidad relativa potencial de población, por ejemplo. 
Cuando uno evalúa el proyecto desde la perspectiva del prestamista, introduce las siguientes distorsiones:
Registra únicamente como beneficios los ingresos monetarios inmediatos directos (los ingresos por los servicios a brindar en la operación, o, en otro caso,  los ahorros monetarizados para la población, aunque no representen ingresos para el proyecto.
Con lo cual, no se registran los beneficios no inmediatos, no directos.
  • ·         Su beneficio directo son las tarifas de transporte parea la empresa que lo administre,
  • ·         En segundo lugar, los menores costos de transporte para las empresas
¿Ahí quedan los beneficios? No, pues hay beneficios indirectos. ¿En qué consisten?
En que el ferrocarril crea comercio, haciendo posible en consecuencia más inversiones.
¿Cómo así?
Los menores costos de transporte hacen que los flujos netos proyectados positivos aumenten, por lo cual los proyectos de inversión se hacen factibles.
Es decir, relacionados lo que otros economistas han dado en llamar las "externalidades positivas" o "multiplicadores".
Esto jamás lo vió el tristemente célebre ex presidente Kusczynski, cuando afirmó respecto al proyecto mencionado que “la carga de retorno (de Perú a Brasil) no estaba garantizada”. Ese flujo comercial iba a aparecer cuando el ferrocarril se hiciera realidad, no antes.
¿Cómo prevenimos que el Estado caiga en insolvencia? Pues todos los emprendimientos nuevos generan nuevos flujos tributarios futuros, lo cual jamás contabilizan el Banco Mundial ni los bodegueros metidos a economistas, como los columnistas de El Comercio.  
En el caso de estos proyectos de transporte, bien diseñados, no son sólo corredores logísticos, sino también corredores de desarrollo, que son previos a los procesos de desarrollo industrial, como se ha demostrado en la historia en el caso de las redes de canales y ferrocarriles europeos, las mismas redes progresivas en Estados Unidos, y hoy, brillantemente, con la formidable iniciativa china Una FranjaUna Ruta.
1.9.18

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