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lunes, 10 de agosto de 2020

Consecuencias para la región de la confrontación EEUU - China

 
Que los dos principales socios comerciales de una región entren en conflicto en escalada es ya una pésima noticia; pero que lo hagan en medio de la peor crisis sanitaria y económica es un desastre completo. 

En el caso del Perú, desde 2010, en que se firma el TLC Perú China, hasta 2018, las exportaciones a ese país aumentaron en 148%, y un crecimiento promedio anual del 11.8%. Según el gremio exportador COMEX PERU, desde 2011, año en el que China desplazó a EE.UU. como primer destino de exportación peruano, los envíos a este país han mantenido un crecimiento sostenido. Para 2018, las exportaciones peruanas hacia este mercado sumaron un total de US$ 13,234 millones, un 14.1% más con respecto al año anterior. Así, China se posicionó como el principal destino de nuestras exportaciones, con un 28% de los envíos, por encima de países como EE.UU. (17%) y Suiza (5%).

Y esto aún en un contexto de desinversión y brecha creciente en infraestructura.

En la situación COVID 19, los organismos internacionales auguran un crecimiento negativo de entre 4.5 y 12% para la región, igual que nuestros principales mercados de Estados Unidos y la Unión Europea, siendo China la única economía capaz de mostrar un crecimiento aunque muy leve. En su papel de locomotora económica mundial y su potencial para colaborar a una nueva globalización (Una Franja Una Ruta) y un nuevo sistema mundial de sanidad global, China puede ser como hasta ahora muy confiable para todos sus socios globalmente.

Por ello, es una noticia realmente luctuosa los insensatos ataques de la administración norteamericana contra China, en especial de Mike Pompeo, pese a la buena relación que en un comienzo mostraron los presidentes Trump y Xi. Un escalamiento de este enfrentamiento sólo significará a no dudarlo el incremento trágico de la pobreza en todos nuestros países, con millones de vidas en riesgo.

Como admiradores de la república norteamericana fundada por Washington, experiencia crucial para la Humanidad, y del sistema americano de economía política, de Alexander Hamilton, Henry y Mathew Carey, Abraham Lincoln y F.D. Roosevelt, deploramos este grave desvío a la tradición norteamericana de una diplomacia prudente. Hacemos votos  para que las grandes naciones, como EE.UU., Rusia y China, principalmente, hagan realidad una cita cumbre para evitar los peores riesgos de una guerra termonuclear, como lo ha propuesto el presidente ruso Vladimir Putin. Unimos la nuestra al coro internacional de voces  a que ha invitado el Instituto Schiller, para promover esta Cumbre por la Paz.

Que así sea.

07.08.2020