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viernes, 12 de enero de 2024

Ferrocarril Brasil – Perú: sin trampa y con grandes beneficios mutuos


 Por Manuel Hidalgo

Con la magnífica nueva del funcionamiento del megapuerto de Chancay para fines de este año, se ha renovado interés por la salida bioceánica Brasil Perú, con las 3 alternativas que fueron desde un inicio parte de la Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana. El llamado después Ferrocarril Transcontinental Interoceánico Brasil - Perú, por sus siglas FETAB, desde 2008 fue considerado por el Congreso peruano de necesidad nacional, y a partir de ese momento era parte de la cartera de proyectos propuestos por el Perú a través de PROINVERSIÓN. Como todos sabemos, ningún proyecto que va a ser financiado directamente o con deuda por el estado pasa por PROINVERSIÓN; que solo promociona proyectos para la inversión extranjera o para asociaciones público-privadas, APPs, mediante concesiones.

Es por tanto, un proyecto peruano, importante aclararlo ante las múltiples voces entre los medios de prensa angloamericanos que hablan de un “ferrocarril chino”. Por supuesto que el proyecto interesó a la China, interés expresado ya desde 2014, en la cumbre China – CELAC, en el cual dicho país indica que la salida interoceánica priorizada, de las 12 existentes, es la conexión bioceánica central que sale por el Perú, con dirección a el puerto de Bayóvar, en Piura, [ ahora direccionada a salir por el Callao y Chancay]. Esta salida se relacionaba y era coherente con la salida en el norte del Perú.

El primer ministro de China, Li Keqiang, realizó entre el 18 y 26 de mayo de 2015 una visita oficial a Brasil, Colombia, Perú y Chile para poner a andar un nuevo modelo de cooperación industrial sobre todo en materia de capacidad productiva y facilitaron el acuerdo para importantes megaproyectos como son el ferrocarril (entre Brasil y Perú)

En 2015, se firma el Memorándum de Entendimiento entre los gobiernos de Brasil, Perú y China para realizar los Estudios de Perfil de FETAB. Los estudios se encargaron a la empresa china de ingeniería ferroviaria CREEC, la que presenta una propuesta moderna y eficiente en base a túneles y vías elevadas, por aproximadamente US$ 60000 millones, la mitad de cuyo importe debía ejecutarse en el Perú. Inopinadamente, y el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski envía el estudio al Ministerio de Transportes y Comunicaciones, MTC, en el cual se descubrió algunos meses después toda una red de corrupción interna, y que en ese momento estaba bajo la conducción del ahora expresidente y entonces vicepresidente Martín Vizcarra. El MTC no presenta un informe pero se conoce un trascendido que considera que el proyecto era muy “caro”, “sobrevalorado”, haciendo pensar a la opinión pública que era inconveniente para el Perú, dando a entender falazmente que este proyecto implicaba una deuda, como la que el Perú ya había establecido décadas pasadas con gobiernos extranjeros, bancos de Londres y Nueva York u organismos como el FMI y el Banco Mundial.

La deuda no es mala en sí; la usura, si. 

El presidente Kuczynski, con gran celeridad, en 2016,  le dijo al Gobierno chino que el proyecto FETAB no era de interés para el Perú por el aspecto del impacto ambiental; argumento que esgrimió la BBC de Londres desde 2015 y a partir de ese momento se unió aparentemente a la idea de la salida ferroviaria por el sur del Perú que incluía a Bolivia, y que presentaba naturalmente menores beneficios para el País, y menor interés para China.

El ferrocarril bioceánico nunca implicó ni implicará incurrir en deuda con China.

 Posteriormente fue el propio embajador de China Jian Guide quien tuvo que salir a dar declaraciones respecto al pretendido endeudamiento con China por el proyecto desechado, informando que China esperaba financiar el 100% de la inversión, sin deuda, si no por medio de una concesión, por un período a determinar, señalándose entre 20 y 30 años, como ocurre en buena parte de las inversiones de APPs firmadas por el gobierno peruano.

Lamentablemente, esa mentira que se le dijo a la población peruana se acompasó por una campaña mediática a nivel internacional sobre la supuesta “trampa de la deuda china”, qué voceros de los intereses angloamericanos geopolíticos como Moisés Naím difundieron masivamente. Dicha campaña ponía de ejemplo a África, continente que como sabemos tiene actualmente 3 representantes en el mecanismo BRICS Plus, que incluye notoriamente a China, y cuya principal iniciativa es Una Franja Una Ruta. Cuando se consultó a los líderes africanos sobre el problema de la deuda, aclararon que su deuda fundamentalmente es con el Fondo Monetario internacional y el Banco Mundial, como es el caso por ejemplo de Argentina en nuestro continente. Es decir, la trampa de la deuda es occidental, no china.

¿Cuál deuda china? Cuando la deuda es con los bancos de Londres y de Nueva York, no hay ningún problema. El problema es cuando la deuda, real o ficticia, es como otra nación del sur global.

En el caso del Perú, su política desde el Gobierno de Alberto Fujimori ha sido la de reducir drásticamente la deuda externa, para evitar el gran conflicto que ocurrió en la década de los 80, en la cual el Perú fue excluido por su incapacidad de pago de los mercados financieros internacionales. Sin embargo, al presidente Kuczynski y a su sucesor Vizcarra no le tembló la mano para endeudar al Perú por 6000 millones de dólares adicionales antes y después de la pandemia del COVID, y no para construir ningún proyecto de infraestructura, si no para hacer reingeniería financiera.

Está abierta doble moral no puede confundir ni menos de tener los designios del Perú no solo con hub logístico, sino como punto nodal de los corredores de desarrollo a lo largo de Una Franja Una Ruta, para el mayor beneficio de los compatriotas, y de toda Sudamérica.

10/01/24

miércoles, 3 de enero de 2024

2024: el año del despegue … a pesar de la geopolítica

 Por Manuel Hidalgo

 

Objetivamente, el 2024 presenta un potencial de mejora económica cualitativamente diferente para el Perú y buena parte de Sudamérica. En noviembre de este año, si todo marcha según lo planeado, se inaugurará el megapuerto de Chancay, durante la cita de APEC a cumplirse en el Perú, con la presencia del presidente chino Xi Jingpin. Detonante y un cambio de fase no solamente en el aspecto logístico y  comercial, de por sí muy importante¸ sino también como un potencial de una etapa de mejora cualitativa de la infraestructura de integración y la industrialización del país. Junto con Chancay, se han propuesto sendas iniciativas de la creación de zonas económicas especiales, ZEE, parques industriales, parques científico tecnológicos, la creación de un nodo logístico con los puertos de Callao y Chancay, además del puerto de San Juan de Marcona, y el nuevo terminal aéreo de Lima, además de la construcción de las líneas férreas a partir de la capital del Perú.



Destaca por su importancia el acercamiento de los estados brasileños de Acre, Rondonia, Mato Grosso y Amazonas, para su conexión con el Pacífico a través de los modernizados puertos peruanos, en especial Chancay, con el cual su llegada a los puertos asiáticos, especialmente China, tomaría al menos 12 días menos, reduciendo sensiblemente los costos . Eso, sin contar que a través de la hidrovía del río Amazonas (via el puerto fluvial de Yurimaguas) se podrían ir incorporando las exportaciones en las regiones amazónicas de Ecuador y Colombia; y asimismo de Bolivia, todo lo cual requiere obviamente la construcción de infraestructura, en especial la Ferrovía Interoceánica Atlántico Pacífico Brasil Perú, lo cual ya se viene trabajando con intensidad.

 Además, existe toda una serie de propuestas de instalaciones industriales, dentro y fuera de las ZEE propuesta para Chancay , como son las construcciones y reparaciones navales, la laminación de acero, la agroindustria de exportación, la petroquímica, industrialización de fosfatos, construcción de maquinaría eléctrica, el ensamblaje de productos electrónicos, y en un futuro más distante la fabricación de baterías de litio.

 

Después de una recesión en 2023 (con un crecimiento del PBI de - 0.5%), en 2024 se espera un crecimiento del 3%; pero que debería ser al menos del 5%. Toda esta gran promesa se ve amenazada por postulados geopolíticos  de la gran potencia del norte. Por ejemplo, la reducción del crecimiento económico de China y de Estados Unidos, nuestros dos principales socios comerciales, se debe a la guerra comercial lanzada desde el gobierno de Donald Trump contra China. Además de eso, la preeminencia geopolítica anti rusa de la Organización del Atlántico Norte, dirigida por Estados Unidos, impulsando por ejemplo a Ucrania y generando un conflicto que ha socavado fuertemente el crecimiento económico mundial.


Inclusive eso, en 2023 la propia jefa del poderoso Comando Sur de los Estados Unidos, general Laura Richardson, hizo apreciaciones injerencistas en contra del megapuerto de Chancay, que como todos sabemos se realiza con una participación mayoritaria de la empresa China COSCO, sindicándola como una amenaza geopolítica en el caso que Estados Unidos decida escalar al plano militar su confrontación con China, y añadiendo a sí mismo opiniones apropiatorias sobre los recursos naturales del Perú y otros países de Sudamérica. Esta opinión falaz, que es rechazada por los sectores políticos gubernamentales empresariales, sociales y académicos del Perú, representan sin embargo un grave riesgo debido al poderío de la potencia norteamericana.

Chancay tiene que ver con el comercio, y con la búsqueda que tiene el Perú como cualquier otro país de socios comerciales y de inversión extranjera, sin ningún tipo de sesgo o discriminación, como lo atestigua la gran diversidad de procedencias de las inversiones extranjeras en el Perú.

Afortunadamente, la realidad es que el comercio del Perú con los países del BRICS está creciendo a un ritmo más acelerado, a la medida que la importancia de ese bloque, que ahora tiene 6 integrantes más, se incrementa. La iniciativa china de Una Franja una Ruta consolida la cooperación desarrollista. Y asímismo en la medida que el crecimiento de la deuda y la propia financiarización de Estados Unidos , Unión Europea y demás aliados les ha arrebatado el potencial industrial, comercial y financiero del cual se jactaban antes.La Era del colonialismo se ha acabado en forma progresiva e inexorable.

A pesar del riesgo, el optimismo es justificado. Cómo lo comentaba un profesional peruano, cada vez que la imagen del Sol naciente en los Andes aparecía entre los símbolos de la República, el Perú asumía un papel de liderazgo que se ejercía en beneficio de toda la región. Creemos que esta situación se revive ahora con el potencial que sea descrito.


Sierra de mi Perú,

¡¡Perú del mundo!!,

Perú al pie del Orbe,

¡!yo me adhiero!!

César Vallejo

 15.9.23