Todas las voces del país señalan
el tremendo reto de la reconstrucción urbana y de la infraestructura destruida
por el Niño costero, pero aprovechando una verdadera reforma urbana y de
aprovechamiento territorial. La directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología,
ha dicho en
un artículo en El Comercio, “prevenir con ciencia”. Asimismo, el consejo
directivo de la confederación empresarial CONFIEP ha señalado la urgencia de
reconstruir sin demora. Esta necesidad se suma a la brecha multimillonaria ya
existente.
A modo de ejemplo, requerimos
reconstruir con nuevo trazo la Carretera Central, hacer una nueva,
prácticamente.
¿De dónde saldrán los fondos para
esto? ¿Del presupuesto público? ¿Del sistema bancario, con altísimas y
prohibitivas tasas de interés? ¿Endeudando al país? ¿Asociaciones público
privadas?
Aparentemente, el gobierno
peruano está enterrando la cabeza en la tierra, como si ya tuviera resuelto el
problema, dando la falsa imagen de confianza y eficiencia. Recuerda la actitud facilista
frente a la reconstrucción de Pisco, luego del terremoto, de 2007, que demoró larguísimos
años.
Recurramos a la historia: ¿Cómo reconstruyó
Roosevelt a un país devastado por la peor crisis financiera de su siglo, desde
1932? No fue el fraudulento “keynesianismo” que luego se arguye (Keynes visto
alguna vez Estados Unidos, pero jamás participó ni inspiró a Roosevelt), sino
el compromiso del Estado por la reconstrucción, la resolución de la crisis
bancaria con medidas entre las que resaltaba la Ley Glass Steagall, que
limitaba la especulación bancaria. Pero, lo más importante fue el
financiamiento público mediante la Corporación Financiera de Reconstrucción, que
emitió crédito con garantía pública (estatal), sin endeudar ni crear inflación.
Roosevelt estudió a profundidad
los antecedentes de Alexander Hamilton (de quien puede usted leer mucho en este
blog y otros
que se recomiendan aquí), y el Banco Nacional de los Estados Unidos por el
creado, y su tradición, encarnada en Hamilton mismo, Mathew y Henry C. Carey,
Federico List, Peshine Smith, y muchos otros, que inspiraron buena parte de las
políticas económicas de ese país, conocida como el Sistema Americano de Economía
Política. (Usted no encontrará
referencias a esta Escuela en ningún libro “académico” de historia económica,
pero si abundantes referencias en todo el mundo, en especial de los asociados
de Lyndon y Helga LaRouche, ver en: www.larouchepac.com
)
En el Perú, solo una institución pública,
con apoyo y garantía del Estado, pero con participación privada, nacional e
internacional, excluyendo las condiciones usurarias de la “intermediación” de
la banca privada, puede canalizar el ahorro nacional, principalmente, y el
internacional que pueda venir, a efectos de tener los montos de inversión a
largo plazo y bajas tasas de interés, que permitan una reconstrucción
expeditiva.
Este blog ha propuesto la Corporación
Financiera de Infraestructura, con carácter público pero con participación privada,
y está abierto a la discusión fundada y franca.
Links Citados:
http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/prevenir-ciencia-gisella-orjeda-noticia-1978464
https://www.schillerinstitute.org/newspanish/InstitutoSchiller/Literatura/HenryCareySistAme.html
24/03/17
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