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domingo, 28 de marzo de 2021

El oligopolio bancario perjudica la financiación del desarrollo

Para el gran presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt, que sacó a su país de la Gran Depresión, la respuesta es afirmativa. En efecto, los bancos norteamericanos, liderados por J. P. Morgan, y que tenían asimismo control sobre la Reserva Federal (equivalente a un banco central) habían incurrido en una expansión crediticia usando los depósitos del público para financiar la peor especulación con acciones en la Bolsa de Valores de Nueva York, llevando al crack de 1929, origen de la Gran Depresión.

Roosevelt desde 1932 propone salir de la crisis con un programa de reconstrucción de la economía física, empezando con la construcción de infraestructura, dejando de lado para financiar el proceso a los bancos y a la Reserva Federal, usando la potestad del poder ejecutivo a emitir directamente billetes con poder de pago respaldado por los ingresos tributarios.

El proceso ahorro – inversión es indispensable para el desarrollo, y el papel de los bancos puede ser muy beneficioso, al expandir el crédito productivo, como lo reconoció entre otros el primer secretario de Hacienda norteamericano Alexander Hamilton. Pero ¿qué pasa cuando la intermediación bancaria desvía el dinero fuera del circuito ahorro – inversión? ¿A la especulación o la ganancia excesiva y expropiatoria? Esa intermediación perversa se convierte en un obstáculo al desarrollo reduciendo el crecimiento.

Por eso, Roosevelt recolocó a los bancos en su lugar original de intermediación financiera y los retiró de la especulación bursátil, con la Ley Glass Steagall de separación de los bancos comerciales de los bancos de inversión, orientados estos últimos a la Bolsa. Junto a ello, la Comisión Pecora del Congreso de los Estados Unidos investigó las prácticas dolosas de los principales grupos bancarios, estableciendo los lineamientos de la supervisión bancaria y bursátil que rigió el resto del siglo. La abrogación de la Ley Glass Steagall en 2001 llevó directamente a la crisis de las hipotecas subprime de 2008, por lo cual se alzan voces en los EEUU. para su restablecimiento, como parte de la propuesta de LaRouche de las 4 leyes para la reactivación económica de las naciones.

Lo más importante para financiar el desarrollo es crear un sistema de crédito instrumentando el atributo del Estado a emitir circulante, junto con un programa de infraestructura guiado por la mejora tecnológica y un programa de avance de la ciencia de punta.

En Perú, el oligopolio bancario fuertemente concentrado ha impedido que por ejemplo el Banco de la Nación pueda aceptar depósitos de amplios sectores nacionales y ampliar sus operaciones de crédito, Además ha tomado control de las operaciones de los entes estatales Corporación Financiera de Desarrollo, Agrobanco y Fondo Mi Vivienda. El oligopolio genera un grave problema social, con tasas de interés excesivamente elevadas, lo que ha llevado a iniciativas legislativas para limitar la usura. Además de ser un lastre al crecimiento al destruir la rentabilidad de las empresas con sobrecostos financieros.

En Perú, en la cercanía de la elección presidencial, un sólo candidato se ha expresado sobre el oligopolio bancario, la necesidad de la reconstrucción económica y por  acabar con el control de las prácticas corruptas de Odebrecht y sus muchos cómplices sobre el presupuesto público.  Esperemos que alcance un plan coherente que sea escuchado por la opinión pública, pero ahí están los testimonios de la experiencia y la razón humana.

27/03/2021