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martes, 17 de enero de 2023

El desarrollo sigue siendo el nombre de la paz social

El triste escenario el descontento social, expresado muchas veces con violencia, pareciera desanimar a discutir los temas gravitantes como los de la infraestructura y el desarrollo, que expone nuestro blog.

Pero, pensándolo bien, es todo lo contrario.

Por qué el Desarrollo sigue siendo el nombre de la Paz, la paz social, según la frase tan famosa del Papa Paulo VI. Entonces, es necesario qué los grupos políticos en el Perú, pero también en muchos otros países vecinos como Brasil, Argentina, Bolivia Colombia y Chile, planteen alternativas concretas de desarrollo económico compartido, con equilibrio entre las diferentes regiones de nuestros países.

En el caso del Perú, en los últimos quinquenios los proyectos de infraestructura se concentraron en Lima, los proyectos en las regiones, como el caso de Alto Piura, Olmos, Chavimochic, Majes - Siguas (etapas posteriores), Central Hidroeléctrica de Inambari, se fueron postergando y hasta cancelando.

Por su parte, la descentralización desde 2001 por el contrario facilitó las cosas para los grupos locales de corrupción, en especial, de izquierda, que han destruido la inversión pública regional. La pandemia demostró asimismo la fragilidad de los resultados del esquema miope de la derecha ultraliberal, con niveles de subempleo por encima del 76%.

Sin embargo, las soluciones mágicas pueden ser más perjudiciales que los problemas existentes. Este blog ha sido crítico del capítulo económico de la Constitución de 1993. Sin embargo, un cambio de la Constitución no es de ninguna manera una solución mágica al desempleo, por ejemplo. Lamentablemente, la ultraizquierda, que propone la panacea del cambio constitucional promete por el contrario un empeoramiento de las condiciones para el desarrollo; un ultra ecologismo malthusiano anti industrial, el desmantelamiento de las instituciones democráticas; una destrucción desde adentro de la integridad territorial y la soberanía nacional, partiendo el Estado y la gestión territorial en miles de autonomías inoperantes estériles. Con lo cual, la construcción de la infraestructura nacional como responsabilidad del estado desaparece, y con ello nuestra esperanza de un desarrollo económico y la mejora de las condiciones de vida.

Afortunadamente, el futuro no se delinea por los planteamientos de una izquierda atrasada ideológica y conceptualmente, sino por la realidad magnífica, tanto de la posición geoestratégica crucial del Perú, la capacidad de trabajo de la población peruana y la presencia tanto de la demanda internacional motorizada por China, como de la inversión extranjera, también movilizadas por las inversiones de dicho país, en el marco de la iniciativa China de Una Franja Una Ruta. Sorprende la ceguera de la derecha y de la izquierda sobre la gran oportunidad que se experimenta, ejemplificada en el rechazo de Pedro Pablo Kucszynski a la conexión bioceánica ferroviaria Brasil – Perú.  

Quizás, de las peores fuerzas geopolíticas extracontinentales, utilizando el extremismo de derecha y de izquierda para generar una guerra sin fin, cómo se ve respectivamente en el Brasil y en el Perú, se movilicen para destruir las perspectivas de desarrollo bajo el marco de Una Franja Una Ruta. Por eso hace cada vez más necesario la discusión, en foros como el presente blog, de cómo realmente funciona el desarrollo económico, en base al compromiso del Estado con la infraestructura, al mejoramiento tecnológico partiendo de una expansión de la educación científica también promovida por el Estado, cómo fue siempre, por ejemplo, en la mejor época decrecimiento de los Estados Unidos, y como lo es ahora en China la mayoría de los países del Sur global.

Por Manuel Hidalgo

9 de enero de 2023