En la última
cita del Banco Interamericano de Desarrollo, desarrollada en Mendoza, Argentina,
(22 al 25 de marzo, en la foto, Luis Alberto Moreno, Presidente, BID durante la Sesión Inaugural de la Reunión Anual ) se han confirmado aspectos que son materia de largo debate,
como hemos recogido en este blog.
Primero, que
la integración económica no puede pasar por alto la conectividad, con las redes
de transporte más modernas. El 20% del comercio de nuestros países es
intrarregional, exactamente lo opuesto de la Unión Europea,
Segundo, que
la infraestructura está aún muy rezagada, y que los piases de la región deben
incrementar su inversión en infraestructura de 2.7% (en los últimos 20 años) al 5% del PBI al año, para que al menos
empiece a cerrarse la brecha.
Tercero, que
lo que la infraestructura crea es productividad y por ende, competitividad.
El BID estaba
proponiendo una "integración inteligente en el mundo: promoviendo
economías regionales y la inversión en infraestructura"; en respuesta a la
amenaza del proteccionismo.
Como dato
interesante, un artículo aparecido hoy (9.4.18) en el diario limeño Gestión
señala que, a diferencia de los Estados Unidos, “que va reduciendo sus aportes
al BID, China por el contrario, es el que más capital pone, buscando
incrementar su influencia en el organismo y por esa vía, en la región”. Señala
que la próxima reunión anual del BID será en China.
Vale mencionar
que gran parte de ese esfuerzo constructivo se ha guiado por la iniciativa de Integración
de la Infraestructura de Sudamérica, IIRSA, impulsada desde 2000 por los
presidentes de Sudamérica, y que incluye una mayoría de ejes bioceánicos transcontinentales.
Impulso que se vió fortalecido, aun con grandes retos del abrupto cambio de gobierno en Brasil, con la confluencia en 2014 de
las BRICS y CELAC y el lanzamiento de Una Franja, Una Ruta, de China.
9.4.18
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