Los únicos ganadores son las
grandes mineras extranjeras, y el gran perdedor, de autogol, es el Perú, como
veremos.
Perú, en plena crisis económica y
de seguridad, privatiza el gran complejo, incluido la mina Cobriza, en 1997, a
la estadounidense Doe Run, (filial de Renco Corp.), por $ 247.9 millones; pero
, previamente, Centromin Perú, empresa estatal propietaria del CMLO, desde
1992, se compromete a unos estándares ambientales elevadísimos – el ex
presidente Pedro Pablo Kucsysnzki los llamo posteriormente ”irreales” – y a un
consiguiente Programa de Adecuación Medio Ambiental, PAMA, exigentes y muy onerosos. En 1998, la
crisis financiera global echo abajo los precios del cobre y Doe Run comenzó a
acumular deudas y incumplimientos de la implementación del PAMA, que
ahora se estiman en $ 700 millones.
En 2007, el Corte Interamericana
de Derechos Humanos demandó a Renco Corp. por daños a la salud de un grupo de
niños de La Oroya, resultado del fracaso de los sucesivos PAMA.
Posteriormente, ante la
incapacidad de Doe Run de conseguir un socio estratégico, la empresa cae en
bancarrota, en 2009, y se inicia el proceso de remate del CMLO, que hasta la fecha se ha
visto desierto en 3 ocasiones, con la deserción de las empresas postoras, de
China, Canadá y Brasil.
Las implicaciones económicas y
sociales de cerrar el CMLO, son mayúsculas.
El estado peruano debe actuar en
este caso como promotor del desarrollo, y no como mero árbitro, proveyendo una
solución tecnológica y económica, con los socios estratégicos más adecuados. Y escalar con un verdadero eslabonamiento industrial.
La minería es una fuente importante de recursos para el país, cuando éste está instalado nos resuelve problemas cortoplacistas principalmente y nos hace dormir el sueño de los justos para los problemas del largo plazo, Cerro de Pasco y la Oroya son el resultado de este paradigma, La Oroya ya es historia como centro metalúrgico sin embargo una reconversion hacia el turismo vivencial del impacto ambiental de la mineraia por mas de un siglo, como vivo ejemplo del paradigma vegetativo seguido por nuestros gobernantes podría atraer muchas divisas con impacto directo en los propios habitantes de la zona y oportunidades para muchísimos jóvenes emprendedores. Sin embargo esto seria una heregía para la sociedad minera del país que no escapa a su paradigma.
ResponderEliminarSe necesita hacer investigaciones serias sobre alternativas de desarrollo para la región que no solo implica la minería hoy por hoy.
Saludos
Victor