Por Manuel Hidalgo
Según
el órgano estatal COES, son un total de 40 proyectos energéticos, entre ellos
16 proyectos de energía hidroeléctrica, los que están esperando para su
implementación, y están siendo demorados por la recesión que sufre el país.
Según César Butrón, [Gestión 16 de mayo de 2022] presidente del organismo, también
existen 15 proyectos eólicos, dos de plantas térmicas a gas, y 9 de plantas
solares. Según COES, los 40 proyectos de generación suman 21677 mega watts, qué
esperan para entrar en el mercado.
Según
Gestión, las tarifas eléctricas en lo que va del gobierno de Pedro Castillo han
sufrido alzas para los usuarios domésticos de 10.23% en Lima, y para las
industrias hasta el 18 2%.
Para
Butron, una reactivación de la minería, el principal impulsor de un crecimiento
rápido de la demanda haría factibles estos proyectos. No mencionó a la industria
y a la demanda de la población marginalizada en este respecto.
Sin
embargo, algunas compañías generadoras están ahora presionando por la energía
llamada renovable no convencional, RER, en especial eólica y solar, las cuales,
según el vocero de la empresa Engie generan a menor costo que las centrales
hidroeléctricas y térmicas. En especial, tanto Engie, Kallpa y Enél, piden que
los proyectos RER puedan ingresar al sistema nacional de distribución
eléctrica, para lo cual piden cambios en el marco regulatorio eléctrico.
El negocio para las promotoras de las
RER es financiero, pues la inversión en estos proyectos es mucho menor que para
las hidroeléctricas, y los ingresos los mismos, pero producen una energía de
disponibilidad azarosa, sujeto a las condiciones climáticas, de baja densidad
de flujo energético y con graves dificultades para hacer almacenada o
conservada (ver post sobre la “green
energy”).
En cambio el Perú tiene un enorme
potencial hidroeléctrico y recursos de uranio para nucleoeléctricas, desaprovechados
(ver post del blog 01,
y 02
) en ambos casos eficientes y limpias formas de energizar el desarrollo.
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