Por Manuel Hidalgo
Como consecuencia del alza del precio de los
fertilizantes, efecto a su vez de la crisis entre Rusia y la OTAN, el
abastecimiento de fertilizantes en el Perú está en riesgo, y con ello la propia
agricultura, que amenaza caer hasta un 40%. El incremento del precio de los
fertilizantes fue lo que provocó los paros agrarios en diferentes regiones del
país del mes anterior.
Buscando una solución inmediata a este riesgo inminente,
además de buscar desesperada y erráticamente nuevos proveedores para los
fertilizantes, el Ministerio de Agricultura anunció conversaciones con
empresarios de Corea (Samsung Co.) y China, para la construcción de una planta petroquímica
de fertilizantes en un plazo indicado de 2 años (Ver 01,
02
y 03)
. Recuérdese que en 2017 la petrolera china presente en Perú, CNPC, Corporación Nacional de
Petróleo de China, propuso construir una planta petroquímica en el sur del país, faltando condiciones
regulatorias en especial. Una planta de fertilizantes fosfatados pequeña ya
existe en Bayóvar (Piura, en la salida al Pacífico de la proyectada conexión
bioceánica Brasil – Perú) y ahora se está proponiendo la construcción de una
planta petroquímica para producir urea, que es el fertilizante más utilizado, y
otra planta de fertilizantes fosfatados. En la actualidad, el Perú requiere
importar anualmente 1,400,000 de fertilizantes en especial urea (el 69% de
estas provienen de Rusia).
Esta terrible situación de seguridad alimentaria
denota una grave falta de visión de los gobiernos recientes, que con su ciega
confianza en que el mercado global abastecería de todo al país, nos olvidamos
garantizar la seguridad alimentaria, postergando la decisión de una
industria petroquímica (ver post
del blog), con apoyo y garantía estatal, como se prometía hace 35 años,
cuando se descubrió el gas de Camisea.
Debido a la ausencia de energía barata
[pese al enorme potencial hidroeléctrico], el Perú dejó de producir
fertilizantes desde 1980, cuenta Sady García Bendezú, docente de la Universidad
Agraria (La
Republica), puesto que “el petróleo se importa y la electricidad es cara”.
Sin embargo, el también investigador reconoce que la presencia del gas
natural hace viable dar luz verde a la planta [petroquímica de fertilizantes]. “Es
pertinente aclarar que no todos los fertilizantes se obtendrían en una misma
fábrica”, precisa García. Producir fertilizantes nitrogenados como urea y
nitrato de amonio requiere de una planta de US$ 850 millones; otra para los
fosfatos de Bayóvar demandaría otros US$ 800 millones
Incluso poseyendo recursos de gas y los
inmensos yacimientos de fosfatos aún no explotados de Cachimayo, Perú debería
apostar por construir mínimamente 2 plantas muy grandes de fertilizantes fosfatados
tanto en Bayóvar y Cachimayo como en la zona cercana a Pisco (Ica, al sur de
Lima), en donde se dispone del recurso del gas de Camisea y otros lotes. Obviamente,
debe fortalecerse la construcción de plantas hidroeléctricas, (y acabar con la
sobrefacturación eléctrica) pues estas industrias son altamente demandantes de
energía.
Es decir, tenemos todo, menos la visión y
buenas políticas.
Hagámoslo
ahora.
5/05/22
No hay comentarios:
Publicar un comentario