La informalidad es un problema de graves repercusiones en la economía nacional. Por ejemplo, el subempleo visible e invisible suma el 72.7% de la PEA, ligado especialmente a la informalidad.No sólo restándole así ingresos al Estado, restringiendo de esta manera su acción; también es un desvío de la circulación económica, lo que dificulta el crecimiento.
Las causas citadas son de diferente índole: la
recesión económica, el bajo nivel educativo, el bajo civismo, la poca formación
técnica, el bajo prestigio del Estado, la percepción de corrupción en el Estado,
la anomia social, la existencia de grupos criminales en muchos estratos
sociales, falta de tecnología, poca financiación para las PYME, etc.
Todas estas causas son reales, y bastante
inmediatas.
Pero todas ellas tienen en el trasfondo una causa más esencial, más profunda, la cual podríamos develar desde el punto de vista de la Economía física, disciplina fundada por Godofredo Leibniz en el siglo XVIII, recogiendo una larga tradición de estadismo. Lo exactamente opuesto a una “economía” monetarista. En años más recientes, sus promotores más conocidos fueron el científico ruso Vladimir Vernadsky y nuestro conocido estadista y economista norteamericano Lyndon LaRouche. Recomiendo a ustedes estudiar las obras de estos autores, por su abrumadora actualidad.
La informalidad tiene su causa más profunda en la baja productividad del trabajo, y consiguientemente, del capital, especialmente en el nicho productivo industrial a nivel PYME.Esta baja productividad genera en primer lugar
la imposibilidad de cubrir los costos, en este caso los impuestos, y todas las
prestaciones sociales del trabajo. Esto a su vez genera un círculo vicioso
de subempleo, que a su vez, crea una demanda muy débil que resta mercado a los
productores.
¿Cómo podríamos superar la informalidad en esta
perspectiva?
Según el enfoque de la Economía física, el
incremento de la productividad del trabajo, y también de capital, es la
característica central del desarrollo económico, y puede “medirse” a través del
estimación de la Densidad Relativa Potencial de Población, D.R.P.P., concepto presentado por LaRouche . La mejor manera de evaluar un
proyecto o una política publica es preguntándose: ¿Cómo incrementa este la capacidad de
un territorio de mantener a un numero dado de personas, a futuro?
Un aspecto clave es que todo aumento de la
productividad del trabajo (y por ende, de la D.R.P.P.) se relaciona, en la
evidencia histórica, con el incremento de la densidad de flujo energético, D.F.E., con fuentes energéticas mas
intensivas, como es en nuestros dias la energía nuclear (de fisión y de fusión)
Yendo más allá, el incremento de la
productividad tiene 3 componentes principales y relacionados, como los planteó
el primer Secretario de hacienda de los Estados Unidos Alexander Hamilton:
· Creación
de infraestructura económica, en especial transporte y energía; diseñada bajo
el concepto de corredor de desarrollo, promovidos por el Estado;
·
Inversión
en industria y agricultura moderna; alentada por el Estado,
·
Innovaciones
promovidas por un sistema educativo y científico, bajo la promoción del Estado.
En otras palabras, el desarrollo económico es
lo único que nos permitirá superar la informalidad, en un proceso por etapas.
Por ejemplo: si el Perú construye un ferrocarril eléctrico a lo largo de su
costa y otro ferrocarril hacia Pucallpa con salida al Brasil, tendrá la
oportunidad de reducir los costos del transporte y de la energía [siempre que
la regulación estatal impida que los oligopolios o monopolios se apropien de
esta ventaja], lo que permitirá un mayor número de emprendimientos, que contratará
a más personas, a mejores salarios, creando asimismo una demanda creciente y
más estable.Conllevando a empresas mas solidas y empleo estable. Un circulo virtuoso.
Probablemente, estas excelentes consecuencias
no se van a ver en forma inmediata. Sin embargo, desde el primer momento en que
se construya la infraestructura, el gasto público entregará beneficios de una
demanda incrementada a corto plazo al
conjunto de las empresas.
Es obvio que el abaratamiento de los costos y
la disponibilidad de energía y transporte barato atraerá también a empresas del
extranjero; y los resultados serán más óptimos si estas empresas apuestan por
tecnología más elevada, respaldados por un sistema educativo tecnológico y
científico a cargo del Estado cada vez mejor, que permita proveer a las
empresas de personal capacitado para las nuevos puestos de trabajo modernos
generados.
Manuel Hidalgo
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