Por: Manuel Hidalgo
El mejor modelo del compromiso del Estado en la
generación de productividad y la construcción de infraestructura fueron los
Estados Unidos entre 1860 y 1901, periodo en el cual se convierten en la
primera economía industrial del mundo, dejando muy atrás a Gran Bretaña.
Pese al revisionismo ultra
liberal de Von Hayek, Von Mises y Milton Friedman, la realidad es que los
Estados Unidos construyeron un estado intervencionista en toda regla, el cual
no era contrario ni competidor de la empresa privada.
Baste un ejemplo. En 1873 se produce una gran
crisis financiera en los Estados Unidos, y el presidente Ulysses S. Grant lanza
un programa ant crisis mediante la construcción de infraestructura financiada
mediante emisión de billetes del Tesoro Público, los famosos “greenback”. Esta solución
sería impensable para Friedman, pero NO para toda la larga lista de presidentes
anticolonialistas y antiesclavistas, desde Abraham
Lincoln, Grant, Garfield, Mckinley, junto con grandes reformadores
políticos como Henry Carey y Joseph Blaine, qué conformaron la escuela llamada Sistema
Americano de Economía Política (ver anteriores posts del blog: 01
– 02)
, tradición retomada a mediados del siglo que pasó por Lyndon LaRouche y el Instituto Schiller.
Este mismo enfoque fué utilizado desde 1933 a 1944
por Franklin Delano Roosevelt, con los grandes cambios realizados en economía
norteamericana para quitarle el poder acumulado por los bancos en las décadas
perdidas de 1901 hasta 1932, cuando los antiguos esclavistas librecambistas
retomaron el poder y establecieron en 1913 el sistema de la Reserva Federal, como
“solución” a la crisis de 1910, destruyendo desde ese momento la capacidad
del Estado de dirigir el crédito (anexo a la emisión de dinero) hacia el
aumento de la productividad y la construcción de infraestructura. Aun con Eisenhower,
Johnson y Kennedy, el Estado continuaba su compromiso con el desarrollo.
Las políticas del Sistema Americano fueron desarraigadas
por etapas, desde 1913: en 1971, con la separación del dólar respecto al oro
(fin del sistema original de Bretton Wood); y en el 2000 con la supresión de la
ley Glass Steagall, que alejaba a los bancos especulativos de inversión de los
ahorros del público. Pero en todo momento, el sistema de Reserva Federal, que
privatizaba la emisión monetaria, fue el enclave de la usura bancaria en contra
de todo fomento del gobierno hacia la productividad y la infraestructura.
Estados Unidos atravesó una rápida desindustrialización, cómo se vivió con
más énfasis a partir del régimen de Carter, desde mediados de los años 1970. La
des industrialización acelerada de la otrora gran economía industrial
norteamericana, con un gran acervo de infraestructura, fue de la mano con la
reactivación de la alianza City de Londres y Wall Street, que dio rienda suelta
a la financiarización con el reemplazo de la producción física por los flujos
monetarios que resolvían los déficits productivos con importaciones masivas de
productos básicos de los países más empobrecidos del mundo. Junto a la gran
burbuja financiera de los derivados, insostenible, la geopolítica suicida tipo
OTAN post caída del Muro de Berlín.
Es por eso crucial la propuesta del Instituto Schiller
de una Nueva
Arquitectura de Economía y de Seguridad para el mundo, para responder a las tendencias
suicidas hacia un nuevo enfrentamiento geopolítico mundial en “respuesta” a la
gran crisis financiera que la especulación bancaria ha sometido a las naciones centrales
y a una buena parte del mundo. Esto permitirá la cooperación internacional y
también la devoción de cada Gobierno nacional a crear infraestructura y alentar
la industrialización con grandes saltos de productividad para elevar la
condición de nuestra ciudadanía.
Nos toca atender y estudiar los conceptos del Sistema
Americano qué actualiza el Instituto Schiller y atender a las iniciativas
globales para un Nuevo Orden internacional más justo.
05/06/22
Dr Hidalgo, como dijo el hijo del reconocido asesor económico de John F. Kennedy, Robert Galbraith , EU en su momento rompió las reglas con el sistema americano. Hoy se necesita un sistema justo como el sistema americano
ResponderEliminarEn efecto, la humanidad no puede perder las lecciones del sistema americano por el hecho de la incoherencia de su liderato actual. El sistema maericano es un patriomonio de la Humanidad ahora.
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