Es muy ejemplificador que el país hermano este manteniendo la construcción
de centrales hidroeléctricas para el mejoramiento de la productividad y la
calidad de vida de los colombianos. Entre
otras grandes centrales hidroeléctricas promovidas por Colombia está la central
de Sogamoso, entregada recientemente en el departamento de Santander, y la
central hidroeléctrica de El Quimbo (400 MW).
Por supuesto que no faltan los problemas. Por ejemplo, las empresas a cargo
de Hidro Ituango y El Quimbo debieron reforestar una gran cantidad de
territorio para compensar el bosque que quedará debajo del espejo de agua. Sin
embargo, son problemas solucionables con buena voluntad y sentido del bien
común. Siempre y cuando no cambiemos la prioridad, que pone a los seres humanos
como el fin supremo de la actividad económica, que no es contradictorio con el medio
ambiente. Pero también es cierto que el propio medio ambiente sufre cambios
espontáneos, que en sí no generan ningún drama catastrófico como a veces
auguran algunos sectores ecologistas ideologizados cuando se trata de la
actividad humana.
Colombia tiene un perfil orográfico, y por tanto hídrico en parte similar
al Perú, por la presencia de los Andes, lo que hace muy eficiente la generación
hidroeléctrica para el abastecimiento residencial e industrial. Por el
contrario, El Perú, que tiene el segundo potencial hidro energético en
Sudamérica, pero solo explota el 4% de él, parece cada día más condenado a la
pobreza energética, [ver post] debido a la postergación política de los
proyectos hidro energéticos para cumplir no la agenda malthusiana y ultra
ecologista del Nuevo Trato Verde y el Gran Reseteo. en efecto, después de la
forzada cancelación del proyecto
hidroeléctrico de Inambari, fueron paralizados los demás proyectos
hidroeléctricos, a pesar de su gran eficiencia y su carácter renovable, han
sido desplazados por proyectos eólicos y solares, pese a las grandes ineficiencias
que presentan. La energía solar y eólica puede aportar soluciones a
circunscripciones pequeñas y aisladas, pero no con un enfoque nacional. Lamentablemente,
empresas financieras foráneas están buscando ganancias rápidas con proyectos eólicos
y solares, de menor inversión, pero con “ingresos asegurados” a costa de
tarifazos impuesto por una legislación sesgada, con lo cual se está desplazando
a la generación hidroeléctrica.
La región perseverará en los ejemplos de Colombia, Ecuador y Brasil, pudiendo
también incidir en la energía nuclear como el caso de Brasil, Argentina y
México, pues todo proceso de desarrollo deberá incluir, cómo lo he explicado brillante
y suficientemente Lyndon
LaRouche, un incremento del abastecimiento eléctrico y un incremento de la
densidad de flujo energético, que solo garantizan las fuentes más modernas de
energía.
Manuel Hidalgo,
5/08/22
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