Manuel Hidalgo
En efecto, las señales de la crisis energética global, que amenaza con un apagón generalizado en Europa y otros países desarrollados, junto con una subida desmedida de precios, sobre abunda.
Y todo esto como resultado de una agenda verde, qué, arbitrariamente, está prohibiendo las fuentes energéticas más eficientes, con el falaz argumento qué estas dañan el medio ambiente y están provocando el calentamiento global.
Si bien es cierto qué los fenómenos climáticos
merecen nuestra atención, como el cuidado del medio ambiente también,
llegar al extremismo de decir qué es el tamaño de la población humana
y su actividad lo que está dañando y irremediablemente al medio
ambiente se parece demasiado a los argumentos no solo maltusianos, sino
inclusive eugenésicos, que planteaba Adolfo Hitler en su
momento, cómo lo está recordando en estos momentos el Instituto Schiller.
Es decir, prohibir no solo las fuentes
fósiles, como el petróleo y el carbón, las más utilizadas para
producir energía, pero además crear histeria contra la energía nuclear, significa
condenar a cientos de millones de personas a no tener un futuro en la faz de
esta tierra.
Entretanto, se vienen promoviendo fuentes
energéticas no solamente insuficientes sino también ineficientes, que
resultan mucho más paras y dispendiosas qué por ejemplo, la
energía nuclear o la energía hidroeléctrica. Esto va de la mano con
la aplicación de sistemas de facturación sujetos a la peor especulación
financiera respecto a los precios de la energía, que están esquilmando a
comunidades enteras En Europa y los Estados Unidos.
¿Y qué pasa en el Perú? Siendo el país con el segundo potencial regional en energía hidroeléctrica; sin embargo, estamos en un nivel bajísimo en consumo eléctrico a nivel de América Latina (13avo.), llegando casi a
condiciones de pobreza energética. Sin considerar que contamos
también con fuentes de gas y carbón. Desde que, en
2011, una combinación de ONGs ambientalistas (financiadas por la Fundación Ford de los Estados Unidos), y mineros
informales clausuraron el proyecto hidroeléctrico de Inambari, (entre los departamentos de Madre de Dios, Cusco y Puno), prácticamente se ha detenido la construcción de infraestructura
hidroeléctrica en el Perú, aun a pequeña escala. Y pese a que la energía es un elemento indispensable para mejorar la
productividad del trabajo, un elemento
crucial en nuestros países.
Ahora, PROMPERÚ ha adoptado el fraude de las
energías renovables; como la “eólica” y la “solar”, que, aunque
aisladamente pueden solución algunas necesidades a pequeña escala, no pueden
reemplazar las fuentes energéticas como la hidroeléctrica, totalmente
renovable.
Además, el MINEM ha perpetuando desde hace casi 30 años
una manipulación del precio con tarifas más altas que el promedio de América Latina, incluyendo a países con mayor ingreso per cápita.
No está demás decir que la situación en otros países re
la región es igual o peor, con la excepción parcial del club nuclear regional:
Brasil, Argentina y México.
Ya es el momento que el Perú – como toda América Latina -
ponga en práctica el Plan Eléctrico Nacional, qie propuso hace 100 años el sabio Santiago
Antúnez de Mayolo, y avancemos también a la era de la energía
nuclear. El contexto que
abre la iniciativa de Una Franja Una Ruta es muy auspicioso
02/11/21