domingo, 20 de mayo de 2018

La planificación en nuestras naciones… ¿es deseable?

Desde inicios de los 90, con la desaparición del Instituto Nacional de Planificación, INP, y en la propia Constitución ultra liberal de 1992, el propio concepto de planificación fue retirado del orden constitucional en el Perú.
Hoy continúa la situación, pese al holograma que se llama a veces Consejo Nacional de Planificación, CONAPLAN, como órgano “asesor”, con productos menos que virtuales, intento deliberado por encubrir lo evidente: la ausencia cualquier direccionamiento nacional, quiera o no llamársele planificación.
El a veces mencionado Plan Bicentenario no cumple los requisitos de un Plan Estratégico, por sus plazos y objetivos, careciendo de formalidad y peso normativo.
En el siglo XX floreció la planificación  en sus diversas modalidades: central, como en la Unión Soviética y en China, indicativa como en la Francia de De Gaulle, y otras de tendencia mixta, como la de los Planes Quinquenales de Corea del Sur y el caso de Brasil en su etapa desarrollista en las décadas de 1950 - 60 y 70.
Pero la tendencia contradecía el libre mercado y  pronto se gestó el contragolpe. Desde los años de 1940, ideólogos ultra liberales  europeos de origen monárquico, como von Ludwig von  Mises y Frederick von Hayek (“Camino de servidumbre”), con apoyo de la internacional ideológica liberal conocida como la Sociedad Mont Pelerin, sacaron la especie:
Planificación  = comunismo = fascismo
No fue hasta el régimen de Margaret Tatcher, y en adelante, en los últimos 35 años,  se procedió a la desrregulación masiva de la economía en los países de la OECD y por consiguiente, en casi todo el mundo occidental. El argumento es que la economía es un orden “natural”, y que los únicos que deben tomar decisiones económicas son los empresarios. La gran crisis de 2008 en Estados Unidos y Europa han deslegitimado estas propuestas, pero los cambios aún no se realizan.
En el Perú, los 7 últimos presidentes han dejado la economía en “piloto automático”, pero la falta de un esfuerzo coordinado, por ejemplo, a través de un Plan IndustrialNacional (ver artículo) o un Plan Nacional de Infraestructura, nos hace perder oportunidades y la pobreza crece, pese al gigantesco potencial del país.
Usted, ¿Qué opina?
20.5.18

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