miércoles, 18 de mayo de 2022

Recesión posterga proyectos energéticos

Por Manuel Hidalgo 

Según el órgano estatal COES, son un total de 40 proyectos energéticos, entre ellos 16 proyectos de energía hidroeléctrica, los que están esperando para su implementación, y están siendo demorados por la recesión que sufre el país. Según César Butrón, [Gestión 16 de mayo de 2022] presidente del organismo, también existen 15 proyectos eólicos, dos de plantas térmicas a gas, y 9 de plantas solares. Según COES, los 40 proyectos de generación suman 21677 mega watts, qué esperan para entrar en el mercado.

Según Gestión, las tarifas eléctricas en lo que va del gobierno de Pedro Castillo han sufrido alzas para los usuarios domésticos de 10.23% en Lima, y para las industrias hasta el 18 2%.

Para Butron, una reactivación de la minería, el principal impulsor de un crecimiento rápido de la demanda haría factibles estos proyectos. No mencionó a la industria y a la demanda de la población marginalizada en este respecto.

Sin embargo, algunas compañías generadoras están ahora presionando por la energía llamada renovable no convencional, RER, en especial eólica y solar, las cuales, según el vocero de la empresa Engie generan a menor costo que las centrales hidroeléctricas y térmicas. En especial, tanto Engie, Kallpa y Enél, piden que los proyectos RER puedan ingresar al sistema nacional de distribución eléctrica, para lo cual piden cambios en el marco regulatorio eléctrico.

El negocio para las promotoras de las RER es financiero, pues la inversión en estos proyectos es mucho menor que para las hidroeléctricas, y los ingresos los mismos, pero producen una energía de disponibilidad azarosa, sujeto a las condiciones climáticas, de baja densidad de flujo energético y con graves dificultades para hacer almacenada o conservada (ver post sobre la “green energy”).

En cambio el Perú tiene un enorme potencial hidroeléctrico y recursos de uranio para nucleoeléctricas, desaprovechados (ver post del blog 01, y 02 ) en ambos casos eficientes y limpias formas de energizar el desarrollo.

18.5 22

lunes, 9 de mayo de 2022

Industria petroquímica ahora para salvar a la agricultura

Por Manuel Hidalgo

Como consecuencia del alza del precio de los fertilizantes, efecto a su vez de la crisis entre Rusia y la OTAN, el abastecimiento de fertilizantes en el Perú está en riesgo, y con ello la propia agricultura, que amenaza caer hasta un 40%. El incremento del precio de los fertilizantes fue lo que provocó los paros agrarios en diferentes regiones del país del mes anterior.

Buscando una solución inmediata a este riesgo inminente, además de buscar desesperada y erráticamente nuevos proveedores para los fertilizantes, el Ministerio de Agricultura anunció conversaciones con empresarios de Corea (Samsung Co.) y China, para la construcción de una planta petroquímica de fertilizantes en un plazo indicado de 2 años (Ver 01, 02 y 03) . Recuérdese que en 2017 la petrolera china presente en Perú, CNPC, Corporación Nacional de Petróleo de China, propuso construir una planta petroquímica en el sur del país, faltando condiciones regulatorias en especial. Una planta de fertilizantes fosfatados pequeña ya existe en Bayóvar (Piura, en la salida al Pacífico de la proyectada conexión bioceánica Brasil – Perú) y ahora se está proponiendo la construcción de una planta petroquímica para producir urea, que es el fertilizante más utilizado, y otra planta de fertilizantes fosfatados. En la actualidad, el Perú requiere importar anualmente 1,400,000 de fertilizantes en especial urea (el 69% de estas provienen de Rusia).

Esta terrible situación de seguridad alimentaria denota una grave falta de visión de los gobiernos recientes, que con su ciega confianza en que el mercado global abastecería de todo al país, nos olvidamos garantizar la seguridad alimentaria, postergando la decisión de una industria petroquímica (ver post del blog), con apoyo y garantía estatal, como se prometía hace 35 años, cuando se descubrió el gas de Camisea.

Debido a la ausencia de energía barata [pese al enorme potencial hidroeléctrico], el Perú dejó de producir fertilizantes desde 1980, cuenta Sady García Bendezú, docente de la Universidad Agraria (La Republica), puesto que “el petróleo se importa y la electricidad es cara”. Sin embargo, el también investigador reconoce que la presencia del gas natural hace viable dar luz verde a la planta [petroquímica de fertilizantes]. “Es pertinente aclarar que no todos los fertilizantes se obtendrían en una misma fábrica”, precisa García. Producir fertilizantes nitrogenados como urea y nitrato de amonio requiere de una planta de US$ 850 millones; otra para los fosfatos de Bayóvar demandaría otros US$ 800 millones

Incluso poseyendo recursos de gas y los inmensos yacimientos de fosfatos aún no explotados de Cachimayo, Perú debería apostar por construir mínimamente 2 plantas muy grandes de fertilizantes fosfatados tanto en Bayóvar y Cachimayo como en la zona cercana a Pisco (Ica, al sur de Lima), en donde se dispone del recurso del gas de Camisea y otros lotes. Obviamente, debe fortalecerse la construcción de plantas hidroeléctricas, (y acabar con la sobrefacturación eléctrica) pues estas industrias son altamente demandantes de energía.

Es decir, tenemos todo, menos la visión y buenas políticas.

Hagámoslo ahora.

5/05/22