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lunes, 6 de marzo de 2023

China: ¿el aliado de Sudamérica que EEUU nunca fué?

China es el primer demandante de la oferta exportable del Perú, a unos precios estables y con demanda creciente; en los últimos 10 años, China se ha consolidado como nuestro principal socio comercial: los envíos se han duplicado pasando de $7841 millones en 2012 a $16 856 millones en el periodo enero-noviembre de 2021. China es el mayor inversionista extranjero en el Perú, con inversión extranjera directa (IED) por más de US$ 30,000 millones. En segundo lugar, están los Estados Unidos; y la situación es similar para los demás países de Sudamérica. 

Un líder gremial dijo: el PBI peruano crece en un 70% de lo que crece el PBI chino; con lo cual los años de mayor crecimiento en el Perú coincidieron precisamente con los años del milagro económico chino, del que hablaremos en lo que sigue.  

Esto deja que pensar:

  • ¿Por qué siendo Estados Unidos, como país vecino, hemisférico, con un gran potencial económico y como la economía qué rigió el mundo en los últimos 80 años, no ha promovido el desarrollo del resto de América latina?
  • ¿Por qué después de los años de la política del Buen Vecino de Roosevelt, que entre 1940 y 1971, hizo que las inversiones de Estados Unidos en América latina, aunque limitadas, tengan un efecto en el crecimiento económico, no ha quedado nada al respecto?
  • ¿Por qué los Estados Unidos apoyaron políticas tan nocivas a América latina como las “políticas de austeridad” del Fondo Monetario Internacional, o las “reformas” concomitantes del Banco Mundial, y las políticas de incremento de las tasas de interés y la crisis de la deuda, en lugar de alentar el desarrollo de sus vecinos?  
  • ¿EEUU no pudo (o no quiso) dar a América Latina inversiones – transferencia tecnológica – precios justos y demanda estable?  

En realidad, los mejores norteamericanos, como George Washington, Alexander Hamilton, John Quincy Adams, Henry Carey, Abraham Lincoln, F.D. Roosevelt y John F. Kennedy tuvieron un concepto anti imperialista, anti británico, de una alianza continental, concebida realmente por James Monroe (“América para los Americanos”) contra la intromisión de las potencias colonialistas europeas. El desarrollo fue muy diferente, inclusive, en contra de América Latina, si, pero también del verdadero interés propio de la industria norteamericana, que fué desplazada por Wall Street de la conducción de la economía de su país  desde la primera década del siglo XX, con el establecimiento del Sistema de la Reserva Federal en el país del norte, que pone la emisión primaria como un monopolio en manos de los bancos privados, en ese momento, Estados Unidos pudo ser un gran proveedor de máquinas -herramientas y de tecnología para América latina, y no solamente un demandante de materias primas cada vez más baratas, con lo cual la industria norteamericana de máquinas herramienta hubiera asegurado un mercado creciente y sostenible. Aseguraba así la reproducción ampliada del capital industrial.

Sin embargo, los políticos racistas y hegemonistas en los Estados Unidos se impusieron en contra del Sistema Americano de Economía política de Hamilton y Carey para decir a fines de los 70, en boca del Secretario de Seguridad de EEUU Zbgniew Brzezinki: “no necesitamos un Japón al sur de nuestra frontera”, refiriéndose a México y sus deseos de convertir el petróleo en tecnología. Estados Unidos hizo suya entonces las peores políticas colonialistas de sus socios británicos. 

Hoy bajo esta perspectiva de comparación, podemos analizar las diferencias con el milagro económico chino y su impacto en nuestros países.  

No nos confundamos: el problema no es la ideología.

Como lo dijo el Presidente modernizador de China Deng Xiaoping, no importa de qué color es el gato, si es blanco o es negro, sino que cace al ratón. Y por ello, desde finales de la década de 1970 se producen las Cuatro Modernizaciones de China (agricultura, defensa, industria y ciencia y tecnología) y el gran proceso de Apertura, llamada la Política de Puertas Abiertas, permitiendo a la inversión directa extranjera (IED) jugar un papel benéfico en el milagro chino, ejemplificado en el milagro de Shenzhen, una aldea que en 1979 se convierte en una Zona Económica Especial (ZEE) y en pocos años se transformó en una megalópolis de casi 14 millones de personas, donde las principales empresas internacionales, como Huawei, ZTE y Tencent controlan buena parte del negocio de las telecomunicaciones, 5 G,  robótica, la logística y la omnipresencia del smartphone.  

Y todo ello mientras China mantenía el compromiso del Estado en la construcción de infraestructura, el bienestar de la población, la regulación económica, la regulación y gestión de las finanzas, y la conducción del sistema educativo y de ciencia y tecnología. Incluyendo la presencia de empresas públicas, conjuntamente con la propiedad privada de los medios de producción y el mercado, en un equilibrio que alentaba el papel del Estado y del mercado a la vez. 

La gran bisagra entre la modernización y una estructura estatal centralizada fue la estrategia de las Zonas Económicas Especiales, ZEE, cuyo ejemplo más saltante es la ZEE de Shenzhen, y que permitió el éxito exportador de China, pero en articulación y beneficio del mercado interno y los niveles de bienestar de la población. Las ZEE fueron las zonas de mayor crecimiento económico, de innovación tecnológica de crecimiento de las exportaciones, de la creación de ciudades nuevas, y ejemplo de estudio del modelo o la vía China.  

China también es un ejemplo en reducción de la pobreza, habiendo sacado en los últimos 20 años a más de 700 millones de ciudadanos de la pobreza.   

En 1900, Estados Unidos estaba exactamente en el mismo lugar que China está hoy. Se convirtió en la principal economía mundial, desplazando a Gran Bretaña, era ya la nación de mayor incorporación tecnológica a la industria en el mundo, y contaba con grandes excedentes comerciales, después de haber sido una colonia británica. En este punto, la alternativa para Estados Unidos era iniciar con otros países, en especial los países de Latinoamérica, todo un programa tanto de inversiones, transferencia tecnológica, creación de infraestructura, para que la tasa de crecimiento del sector neurálgico de máquinas herramientas se mantenga positivo y elevado. Existieron grandes proyectos como la idea del ferrocarril panamericano, y los acuerdos comerciales de nación más favorecida y ideados por el Presidente William McKinley, que tenían una gran posibilidad. pero en 1901 asesinan a McKinley, y la especulación desmedida auspiciada por la banca británica lleva a sucesivas crisis que terminan cortando todo el proceso para beneficio únicamente de los acreedores bancarios de Sudamérica.  

Por el contrario, en ese mismo punto de comparación, China decide iniciar el proceso de Una Franja Una Ruta, la Nueva Ruta de la Seda, de la que tanto hemos hablado en este blog, con la creación de infraestructura moderna primero hacia el continente eurasiático, a través de las redes ferroviarias que conecta China con Europa, atravesando las principales zonas del interior de Eurasia. Pero junto con ello la Ruta marítima, constituida por la gran red logística naviera que ha incluido complementariamente al transporte terrestre una red de rutas navieras y de puertos, en especial bajo administración de las propias empresas chinas.  

En 2024, se completará el megapuerto de Chancay, gerenciado por la empresa estatal china COSCO la principal naviera del mundo. La propuesta es constituir una ZEE en Chancay adyacente al megapuerto, y con grandes inversiones de empresas chinas. En adición, el Estado peruano ha declarado de interés nacional además del tren Grau de la costa y el ferrocarril transcontinental Brasil -- Perú.  

Las conclusiones son obvias, y el Perú está obligado a aprovechar esta excelente oportunidad no sólo en beneficio propio sino también en el de sus vecinos de Sudamérica. El desarrollo es el nombre de la paz.

04/03/23

Manuel Hidalgo 

domingo, 5 de junio de 2022

El Estado en la economía: productividad e infraestructura

Por: Manuel Hidalgo

El mejor modelo del compromiso del Estado en la generación de productividad y la construcción de infraestructura fueron los Estados Unidos entre 1860 y 1901, periodo en el cual se convierten en la primera economía industrial del mundo, dejando muy atrás a Gran Bretaña.

Pese al revisionismo ultra liberal de Von Hayek, Von Mises y Milton Friedman, la realidad es que los Estados Unidos construyeron un estado intervencionista en toda regla, el cual no era contrario ni competidor de la empresa privada.

Baste un ejemplo. En 1873 se produce una gran crisis financiera en los Estados Unidos, y el presidente Ulysses S. Grant lanza un programa ant crisis mediante la construcción de infraestructura financiada mediante emisión de billetes del Tesoro Público, los famosos “greenback”. Esta solución sería impensable para Friedman, pero NO para toda la larga lista de presidentes anticolonialistas y antiesclavistas, desde Abraham Lincoln, Grant, Garfield, Mckinley, junto con grandes reformadores políticos como Henry Carey y Joseph Blaine, qué conformaron la escuela llamada Sistema Americano de Economía Política (ver anteriores posts del blog: 0102) , tradición retomada a mediados del siglo que pasó por Lyndon LaRouche y el Instituto Schiller.

Este mismo enfoque fué utilizado desde 1933 a 1944 por Franklin Delano Roosevelt, con los grandes cambios realizados en economía norteamericana para quitarle el poder acumulado por los bancos en las décadas perdidas de 1901 hasta 1932, cuando los antiguos esclavistas librecambistas retomaron el poder y establecieron en 1913 el sistema de la Reserva Federal, como “solución” a la crisis de 1910, destruyendo desde ese momento la capacidad del Estado de dirigir el crédito (anexo a la emisión de dinero) hacia el aumento de la productividad y la construcción de infraestructura. Aun con Eisenhower, Johnson y Kennedy, el Estado continuaba su compromiso con el desarrollo.

Las políticas del Sistema Americano fueron desarraigadas por etapas, desde 1913: en 1971, con la separación del dólar respecto al oro (fin del sistema original de Bretton Wood); y en el 2000 con la supresión de la ley Glass Steagall, que alejaba a los bancos especulativos de inversión de los ahorros del público. Pero en todo momento, el sistema de Reserva Federal, que privatizaba la emisión monetaria, fue el enclave de la usura bancaria en contra de todo fomento del gobierno hacia la productividad y la infraestructura.

Estados Unidos atravesó una  rápida desindustrialización, cómo se vivió con más énfasis a partir del régimen de Carter, desde mediados de los años 1970. La des industrialización acelerada de la otrora gran economía industrial norteamericana, con un gran acervo de infraestructura, fue de la mano con la reactivación de la alianza City de Londres y Wall Street, que dio rienda suelta a la financiarización con el reemplazo de la producción física por los flujos monetarios que resolvían los déficits productivos con importaciones masivas de productos básicos de los países más empobrecidos del mundo. Junto a la gran burbuja financiera de los derivados, insostenible, la geopolítica suicida tipo OTAN post caída del Muro de Berlín.

Es por eso crucial la propuesta del Instituto Schiller de una Nueva Arquitectura de Economía y de Seguridad  para el mundo, para responder a las tendencias suicidas hacia un nuevo enfrentamiento geopolítico mundial en “respuesta” a la gran crisis financiera que la especulación bancaria ha sometido a las naciones centrales y a una buena parte del mundo. Esto permitirá la cooperación internacional y también la devoción de cada Gobierno nacional a crear infraestructura y alentar la industrialización con grandes saltos de productividad para elevar la condición de nuestra ciudadanía.

Nos toca atender y estudiar los conceptos del Sistema Americano qué actualiza el Instituto Schiller y atender a las iniciativas globales para un Nuevo Orden internacional más justo.

05/06/22

lunes, 18 de abril de 2022

A.L. frente al desplome del orden mundial unipolar

Por: Manuel Hidalgo.  América Latina vive hoy el predicamento y las consecuencias de la guerra económica de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia y sus potenciales aliados, Como China, India, y demás países euroasiáticos. 

El alza de los precios del petróleo, de los alimentos, de los fertilizantes, amenazan con desatar procesos hiperinflacionarios en todo el mundo, y la región lo sufre ya. Así mismo, los flujos comerciales están siendo amenazados, con riesgos inminentes de desabastecimiento masivo, es decir hambrunas, en la mayoría de los países. 

Quizá más grave que el conflicto mismo, es la consecuente guerra total económica lanzada por Estados Unidos y sus aliados contra un creciente bloque euro asiático, significado por Rusia, China e India, que representa una gran parte de la población, el comercio, y los recursos del mundo. Esta guerra económica tiene un efecto boomerang, es decir, ya ha comenzado a golpear a los Estados Unidos y la Unión Europea, con grandes incrementos en los precios de los productos más esenciales, como lo es por ejemplo la energía. 

Pero cada gran riesgo, entraña también una gran posibilidad. Porque estamos ante un desplome, en fase acelerada, del orden mundial unipolar, significado por el dominio del dólar de Londres sobre el comercio y las finanzas internacionales. Las medidas de defensa de Rusia y sus aliados a las sanciones de EEUU apuntan en contra del dólar y su poder como moneda de intercambio internacional, característica que ha sido utilizada por los Estados Unidos en los últimos 75 años, como un instrumento de su poderío económico. Pero, cuando ese poder se usa arbitrariamente para imponer sanciones a los oponentes reales o potenciales, la mitad del mundo deseará eximirse de ese garrote erigiendo una nueva moneda de cambio internacional, cómo lo están haciendo bilateralmente a pasos acelerados China y Rusia.  

Además, cómo lo propone Serguei Glasiev, Ministro de asuntos euroasiáticos de Rusia, junto a ello la provisión de crédito interno en moneda nacional dirigido a promover el mercado interno, al estilo del Banco Nacional de Alexander Hamilton y de los greenback de Abraham Lincoln. Y este modelo se puede replicar en todo el mundo, debilitando el control financiero del dólar de Londres. 

¿Y para América Latina? ¡¡Oh feliz culpa!! Nuestros países languidecieron horriblemente bajo el yugo del sistema del dólar, y en especial desde 1973, como lo previo solitariamente el preclaro  economista norteamericano Lyndon LaRouche, cuando el establishment angloamericano decidió cortar la financiación al desarrollo de los países del Sur con el desacoplamiento del dólar y el oro, la crisis de las tasas de interés que dispararon la deuda del Sur, y la horrible crisis del petróleo, hechos que dejaron sin ninguna posibilidad de desarrollo a nuestros países. 

Las 3 décadas horribles, desde los 70’ hasta los 90’, de guerra, tiranías, hiperinflación, hambruna, terrorismo y narcotráfico, décadas perdidas para toda la región, solo fueron superadas con el incremento del comercio internacional, debido no a las reformas librecambistas promovidas por Estados Unidos y las Naciones Unidas, sino por la fabulosa locomotora China, y en especial desde 2013 cuando Ji Xin Pin lanza la iniciativa de Una Franja Una Ruta. 

En realidad, como lo ha señalado siempre Helga Zepp LaRouche y el Instituto Schiller, cuyos informes usted debe conocer (ver el enlace), la mejor alternativa para los Estados Unidos y Europa, sería unirse ellos mismos a la iniciativa de Una Franja Una Ruta, abandonar su guerra geopolítica y económica contra Eurasia, y establecer conjuntamente con Rusia India y China, y todos los países, Una Nueva Arquitectura Económica y de Seguridad para el mundo. 

18/04/22

miércoles, 27 de octubre de 2021

Los verdaderos héroes anti - financiarización

Por:  Manuel Hidalgo

El arte tiene el atributo de mostrar las verdades en forma aún más directa. Por ejemplo, la famosa serie La Casa de Papel, ha logrado la identificación en todo el mundo de los cientos de millones de ciudadanos directamente atrapados en la financiarización; y en los cientos de millones más que sienten que sus planes de vida son truncados de igual manera por esta tendencia, impuesta en el mundo en su forma más moderna, en los últimos 120 años. 

Lo que el arte no puede hacer es proponer soluciones directas, concretas: eso le corresponde a los estadistas, a los políticos, y antecediendo a ellos, a los economistas. 

Por ello, aunque en la famosa serie televisiva no se puede mostrar héroes en toda la extensión de la palabra. Sin embargo, en la vida real, hubo estadistas y pensadores que pudieron concebir y realizar una sociedad dedicada a cultivar el bien común de cada uno de sus conciudadanos, eludiendo la formación una casta, qué, apropiándose de las finanzas de la nación, pudieran aprovecharse del trabajo de los ciudadanos monopolizando la actividad económica. 

El primero de ellos es Alexander Hamilton, primer secretario de Hacienda de los Estados Unidos, quien, cómo lo hemos explicado tantas veces en este blog, ideó el Sistema Americano de Economía Política; un Banco Nacional, que utiliza el Crédito Público para promover la actividad productiva mejorada; la infraestructura “mejoras del territorio” bajo responsabilidad del gobierno; la protección a la industria y la agricultura nacional; y la promoción de las innovaciones y los descubrimientos a través de sistemas educativos para todo el pueblo. Después de Hamilton, le tocó a los economistas Matthew y Henry Carey, mantener y alentar el sistema americano de economía política, el cual volvió a aplicarse en los Estados Unidos desde 1961, cuando el admirado presidente Abraham Lincoln retomó el derecho del Estado a emitir moneda, escapando de los usureros intereses de la banca internacional, emitiendo los famosos Greenback. Hasta casi finalizar el siglo XIX, los Estados Unidos mantuvieron la emisión monetaria al servicio del desarrollo económico, generando en esos años el mayor milagro económico conocido en el mundo, solo comparable a los logros que exhibe China en estos días.  

Fué hasta 1901, en qué el último presidente de los Estados Unidos veterano del grupo de Lincoln y Carey, William McKinley, fuera asesinado, que los intereses financieros ligados a la City de Londres, alrededor de J.P.  Morgan, las bancas Baring y Rothschild, lograron, alentando la especulación y con ello la amenaza de la crisis financiera, poner los intereses financieros en la cúspide de las decisiones económicas, con la creación de la Reserva Federal de los Estados Unidos, a partir de 1907. 

Ese es el año en qué se origina lo que ahora muchos llaman la financiarización: la colocación de los intereses de los grandes grupos financieros del eje Wall Street--  City de Londres sobre el trabajo y el bienestar de todos los ciudadanos, lo cual ha llevado al mundo al borde de una crisis no solo financiera, sino también demográfica, humanitaria, y política. 

las recetas de Hamilton Lincoln Carey y McKinley, que fueron aplicadas por Franklin Delano Roosevelt para sacar a los Estados Unidos de la horrible recesión provocada por la primera financiarización, está disponible; y se resumen en las Cuatro Leyes Fundamentales para Salvar las Naciones(ver también postque ha propuesto el economista norteamericano Lyndon LaRouche. 

27 de octubre de 2021

lunes, 31 de mayo de 2021

Lincoln y Hamilton sobre la intervención del gobierno en la economía

Manuel Hidalgo

Mas allá del erróneo “dilema” entre capitalismo y comunismo, o entre “mercado” y “estado”, la experiencia de dos grandes líderes de las mayores gestas revolucionarias y liberadoras de la Humanidad, la Independencia de los Estados Unidos y la abolición de la esclavitud, Alexander Hamilton, el secretario de Hacienda de Washington, y Abraham Lincoln, es elocuente; ellos nos hablan como si lo estuvieran diciendo ahora.

A decir de uno de sus notables biógrafos, Lincoln, desde que era legislador estatal “fue nacional en su enfoque: deseaba un fuerte gobierno federal con una explicita responsabilidad por todo el pueblo, proveyendo una economía estable y próspera para que cada uno tenga la oportunidad de salir adelante. Así, favorecía las mejoras internas [infraestructura, diríamos hoy] subsidios federales para ayudar a los estados [regionales] a construir sus propios canales y carreteras, y bancos estatales [regionales] cuya tarea fuese asegurar crecimiento y estabilidad financieras” (Oates, p.45).

Dijo Lincoln: “el objeto legítimo del gobierno es hacer en lugar del pueblo lo que necesita hacerse, pero que el no puede hacer por su esfuerzo individual por si mismo completamente o de mejor manera”.

Oates dice de Lincoln: “Muchas de sus ideas políticas derivaban de su estudio del pasado. … prestando particular atención a la Revolución [norteamericana, de 1776] y la era Federalista y aplaudía el programa nacionalista de Alexander Hamilton”. En efecto, Lincoln usaría como Hamilton el privilegio del gobierno a emitir moneda para financiar su esfuerzo desarrollista (y de guerra además) directamente con billetes del Tesoro, los llamados "greenbacks", sin depender de los bancos privados.

Como hemos destacado en el presente blog desde el inicio, Hamilton estableció el primer Banco de los Estados Unidos como un banco mixto, de los privados y el Tesoro Público (gobierno), pero controlado por las leyes y la supervisión del Estado, con el privilegio de la emisión de moneda trasladado por el gobierno, pero completamente comprometido al desarrollo. A total diferencia de la banca central de nuestros días: controlada por los bancos privados y completamente comprometida con la oligopolización de la economía y la especulación.  El banco nacional promovía el crédito productivo, en especial, cuando se relacionaba con la innovación científica y tecnológica.

Un joven peruano podría preguntarse: ¿Lincoln y Hamilton crearon empresas públicas?

La respuesta es simple: no.

Sin embargo, en Estados Unidos en varios momentos de su historia, los servicios públicos eran gestionados por agencias gubernamentales, que además también proporcionaban otros bienes y servicios cuando las empresas privadas eran insuficientes. En la realidad latinoamericana, en cambio, algunos líderes nacionalistas crearon algunas empresas públicas para controlar la renta exportable de recursos naturales extraordinarios, como el petróleo, el gas y la minería, como PETROBRAS, PEMEX, PDVSA, YPFA, CODELCO, PETROPERU. Sin embargo, la nacionalización o estatización de otros sectores económicos llevó usualmente a la corrupción, la quiebra, a la crisis económica general, acelerado por políticas de austeridad impuestas por los organismos multilaterales, como el Fondo Monetario o el Banco Mundial, quienes muchas veces obligaron a malvender dichas empresas.

Lincoln “reverenciaba a los Padres Fundadores como apóstoles de la libertad, quienes hicieron el experimento del gobierno del pueblo en estas riberas, para mostrar a la incrédula Europa que el pueblo puede gobernarse a si mismo sin monarcas hereditarios o aristocracias. Y el fundamento del experimento norteamericano fué la Declaración de la Independencia, la cual en la perspectiva de Lincoln contenía la mayor verdad política de la historia humana: que todos los hombres somos creados iguales, y que todos estamos dirigidos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad” (Oates, p. 45).

Este concepto de democracia todos podemos aceptarla y desearla para nuestra y todas las naciones.

30.05.2021

lunes, 24 de mayo de 2021

¿Puede haber una industrialización sin una estrategia coherente?

En cada campaña electoral, surgen siempre algunas voces voluntariosas hablando de industrialización, en medio de otros muchos temas, como el empleo, la salud, la educación, la seguridad, la pobreza extrema, la corrupción, etc. En el caso del Perú, ninguno de los dos candidatos a segunda vuelta ha hablado de industrialización, al menos, coherentemente.

Y el escenario se repite en casi todos los países latinoamericanos.

Esto no cambia la permanente ausencia de un análisis serio y sincero, como ha promovido con relativo éxito y a pequeña escala este blog, pero a una escala social e institucional amplia. La industrialización no puede ser una receta copia de procesos en otras latitudes, épocas o circunstancias. En realidad, los oligopolios consolidados en la banca, la agroexportación, la minería, los servicios públicos, están en una zona de confort que no desean arriesgar, apostando las sacrosantas reservas internacionales a una “aventura industrialista”. Pero ¿Qué pasa con los millones de peruanos sin empleo digno? ¿Qué pasa con el equilibrio democrático en un país tan diverso y amenazado? Sólo un proceso de industrialización puede garantizar ese futuro común prometido desde el nacimiento de la República.

La industrialización implica sacrificios, costos y riesgos, para todos los agentes sociales y económicos; por ejemplo, la inversión a realizar exigirá sacrificios en el consumo en un país que tiene bajos niveles de bienestar. Implica asimismo riesgos y potenciales restricciones a ahorradores y empresas, al demandar bienes de capital y tecnología importados que presionarán la balanza de pagos. Asimismo, el componente público de la inversión presionará el “equilibrio presupuestal” y a los contribuyentes.  Por ello, si los sectores nacionales no son conscientes de estos sacrificios y los aceptan, una marcha atrás sería aún más catastrófica.

Un acuerdo nacional por la industrialización exige un movimiento político y un liderazgo fuerte.  Se debe establecer una combinación de definición de la oferta industrial de exportación a promover, de corredores bioceánicos de desarrollo incluyendo abastecimiento energético y programas hidráulicos, cooperación internacional en ciencia y tecnología, educación básica universal de calidad, financiamiento dirigista estatal aprovechando la potestad del Estado a emitir moneda, y concentración del apoyo público y la infraestructura en parques industriales, entre otros. El estado puede usar las empresas estatales existentes y a crear para utilizar la renta de los productos extractivos exportados en el desarrollo, por medio de joint Ventures con empresas extranjeras.

Pero, para ello, se deben excluir las ideas antidesarrollo, a saber: de un lado el ultraliberalismo, monetarismo, malthusianismo, ecologismo radical, y, del otro, anticapitalismo, anarquismo, regresión tecnológica (tecnologías “apropiadas” … para la despoblación), separatismo racialista e identitario, autarquismo, etc. 

En naciones como Perú, Colombia y Bolivia, en las cuales el narcotráfico genera un circuito social y monetario alterno al del estado y la economía nacional, cualquier “huelga de masas” puede ser dirigida a la guerra civil, la destrucción del estado nacional, la despoblación, o la balcanización final de nuestros países. O a todo junto.

La industrialización ya no es electiva hoy, y debe hacerse con una estrategia precisa, que puede incluir en cierto momento reformas constitucionales, porque elementos y recursos no faltan en nuestros países.

 22.05.2021

lunes, 5 de abril de 2021

A 152 años del ferrocarril interoceánico en Estados Unidos

La foto histórica de la unión de los dos tramos del ferrocarril interoceánico Atlántico - Pacifico en 1869, en los Estados Unidos, marca un hito en el desarrollo de la gran potencia económica de los últimos 150 años.

El Ferrocarril del Pacifico, obra tanto de ingeniería como de estadismo, fué el fruto de la gran tradición del sistema americano de economía que renovara el gran presidente Abraham Lincoln y que continuó después de su asesinato (1865). Fué Lincoln quien, en 1862 y después en 1864, promovió las Pacific Rail Road Acts, leyes que facilitaron el apoyo gubernamental para completarlo

La perspectiva continental interoceánica de los Estados Unidos era visible ya desde la Guerra de la Independencia y durante la construcción del estado republicano unionista, desde el primer gobierno de Washington desde 1790. La perspectiva de la construcción de la infraestructura de transportes como medio para crear lo que hoy llamamos corredores de desarrollo la desarrollaron Alexander Hamilton, Gouverneur Morris, John Jay, Rufus King, Robert Livingston, DeWitt Clinton y toda una saga de líderes que, después del asesinato de Hamilton, y pese al grave poder de la eslavocracia sudista, construyeron los corredores de desarrollo fluviales fluviales con el Canal de Erie y el interconectado Canal Ohio – Erie, dando al sistema a los Grandes Lagos y los ríos  Missouri – Ohio – Arkansas – Mississippi salida al puerto de Nueva York, uniendo las economías del norte “yanqui” en un solo sistema que facilitó la rápida industrialización, vital para la conservación de la Unión Americana. Entretanto, desde inicios de los años 1830, iniciativas aisladas empezaron la construcción de ferrocarriles locales que tenderían con los años a constituir sistemas integrados y continentales. Con el establecimiento del estado anti esclavista de California (1850), se reafirman los planes ferroviarios Atlántico – Pacífico. 

Aunque la esclavocracia reprimió a la corriente federalista de Hamilton la idea del auspicio gubernamental de las “mejoras internas e innovaciones” a través de la infraestructura y promoción de la ciencia ya había calado en la mentalidad norteamericana. Economistas “whig” como Mathew y Henry Carey y líderes políticos como John Quincy Adams, 5 décadas después, intervienen junto a Lincoln en la terrible disyuntiva de enfrentar la secesión en 1861, financiando el esfuerzo de guerra, productivo y de infraestructura con el recurso del derecho del gobierno a la emisión monetaria emitiendo los billetes llamados greenbacks para ello.

Lincoln consolida al partido Republicano, como heredero de los movimientos federalista y whig, con una raigambre patriótica unionista y desarrollista. Los gobiernos republicanos posteriores a Lincoln promueven su proyecto ferroviario. Desde el fin de la Guerra de Secesión, y aplicando las políticas desarrollistas y proteccionistas del sistema americano de Hamilton, el economista alemán Federico List y Henry Carey, Estados Unidos inicia una exorbitante industrialización, epitomizada en la gran Exposición Universal de 1879.

Entretanto, en el Sur de América, la conexión bioceánica Atlántico – Pacifico, propuesta 1860 por el líder peruano y después presidente Manuel Prado, se inicia en 1869 pero nunca se pudo culminar en toda su extensión, al igual que otras iniciativas.  En el actual contexto de la Nueva Ruta de la Seda de China, el proyecto Ferroviario bioceánico Atlántico – Pacifico Brasil Perú se yergue como una imponente promesa a las generaciones futuras.

Que así sea.

02/04/21

domingo, 28 de marzo de 2021

El oligopolio bancario perjudica la financiación del desarrollo

Para el gran presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt, que sacó a su país de la Gran Depresión, la respuesta es afirmativa. En efecto, los bancos norteamericanos, liderados por J. P. Morgan, y que tenían asimismo control sobre la Reserva Federal (equivalente a un banco central) habían incurrido en una expansión crediticia usando los depósitos del público para financiar la peor especulación con acciones en la Bolsa de Valores de Nueva York, llevando al crack de 1929, origen de la Gran Depresión.

Roosevelt desde 1932 propone salir de la crisis con un programa de reconstrucción de la economía física, empezando con la construcción de infraestructura, dejando de lado para financiar el proceso a los bancos y a la Reserva Federal, usando la potestad del poder ejecutivo a emitir directamente billetes con poder de pago respaldado por los ingresos tributarios.

El proceso ahorro – inversión es indispensable para el desarrollo, y el papel de los bancos puede ser muy beneficioso, al expandir el crédito productivo, como lo reconoció entre otros el primer secretario de Hacienda norteamericano Alexander Hamilton. Pero ¿qué pasa cuando la intermediación bancaria desvía el dinero fuera del circuito ahorro – inversión? ¿A la especulación o la ganancia excesiva y expropiatoria? Esa intermediación perversa se convierte en un obstáculo al desarrollo reduciendo el crecimiento.

Por eso, Roosevelt recolocó a los bancos en su lugar original de intermediación financiera y los retiró de la especulación bursátil, con la Ley Glass Steagall de separación de los bancos comerciales de los bancos de inversión, orientados estos últimos a la Bolsa. Junto a ello, la Comisión Pecora del Congreso de los Estados Unidos investigó las prácticas dolosas de los principales grupos bancarios, estableciendo los lineamientos de la supervisión bancaria y bursátil que rigió el resto del siglo. La abrogación de la Ley Glass Steagall en 2001 llevó directamente a la crisis de las hipotecas subprime de 2008, por lo cual se alzan voces en los EEUU. para su restablecimiento, como parte de la propuesta de LaRouche de las 4 leyes para la reactivación económica de las naciones.

Lo más importante para financiar el desarrollo es crear un sistema de crédito instrumentando el atributo del Estado a emitir circulante, junto con un programa de infraestructura guiado por la mejora tecnológica y un programa de avance de la ciencia de punta.

En Perú, el oligopolio bancario fuertemente concentrado ha impedido que por ejemplo el Banco de la Nación pueda aceptar depósitos de amplios sectores nacionales y ampliar sus operaciones de crédito, Además ha tomado control de las operaciones de los entes estatales Corporación Financiera de Desarrollo, Agrobanco y Fondo Mi Vivienda. El oligopolio genera un grave problema social, con tasas de interés excesivamente elevadas, lo que ha llevado a iniciativas legislativas para limitar la usura. Además de ser un lastre al crecimiento al destruir la rentabilidad de las empresas con sobrecostos financieros.

En Perú, en la cercanía de la elección presidencial, un sólo candidato se ha expresado sobre el oligopolio bancario, la necesidad de la reconstrucción económica y por  acabar con el control de las prácticas corruptas de Odebrecht y sus muchos cómplices sobre el presupuesto público.  Esperemos que alcance un plan coherente que sea escuchado por la opinión pública, pero ahí están los testimonios de la experiencia y la razón humana.

27/03/2021

viernes, 12 de febrero de 2021

Sistema de crédito y sistema monetario: Diferencias y similitudes

 Las diferencias entre estos dos sistemas son cruciales para entender el verdadero financiamiento del desarrollo.  En lo que sigue, la referencia al Banco de Estados Unidos alude al Primer y Segundo banco Nacional, establecido el primero por Alexander Hamilton entre 1791 – 1801 (sistema de crédito).  La Reserva Federal es el ejemplo del sistema de banca central, con el modelo del Banco de Inglaterra,  imperante en casi todo el mundo.

Aspecto

Sistema de crédito

B. de Estados Unidos

Sistema monetario

Reserva Federal

Emisión monetaria

Propiedad del ente rector y emisor monetario

Público, con participación privada

Cartel bancario por cesión del poder público

Derecho a emitir moneda

Privilegio estatal

Privilegio estatal usurpado por cartel bancario

El valor del dinero reside en:

Producción futura y Δ productividad

Trabajo acumulado del pasado

Primer receptor de la emisión monetaria de alto poder

Empresas productivas en proyectos públicos y privados

Bancos privados privilegiados y especuladores

Relación de la emisión monetaria con el dinero metálico

Anclado con reserva parcial en metálico pero no basado en ella

Originalmente con reserva metálica pero hoy fiduciario

Relación de la emisión monetaria con el crédito público

Bonos del gobierno parte del capital social del B. EEUU.(ente emisor)

Gobierno un sujeto de crédito para el cartel bancario

Política monetaria

Subordinada al crecimiento de la economía física y D.R.P.P.

Contractiva o expansiva conforme al interés del cartel bancario

Criterio de rentabilidad de las inversiones

Δ productividad y producción futura Δ asegura retorno

Retorno monetario de corto plazo

Relación de crédito y desarrollo

Crédito dirigista promovido por estado

Ninguna. El mercado decide solo.

El crédito público y el privilegio estatal de emitir moneda se utilizan conjuntamente para alcanzar el bienestar general,  con mejoras internas (infraestructura) y las innovaciones de la mente humana (tecnología), como lo explicamos en el último post del blog.

Crucial para la recuperación de las naciones.

12.02.2021