lunes, 1 de abril de 2019

¿Puede la agro exportación hacer el verano del desarrollo?


Todos los voceros ultraliberales, a la vez que se oponen férreamente a las hidroeléctricas, los corredores bioceánicos y a la construcción de redes ferroviarias  integradas, y a cualquier tipo de política industrial, están apostando todo a “mantener” el sistema con exportaciones mineras y con el nuevo boom de las agro exportaciones.
Además, exigen las “reformas” para “mejorar” los fundamentos de la economía peruana, fundando la competitividad en … reducir al mínimo los costos laborales.
¿Es correcto el razonamiento? Aunque es una buena noticia tener más ingresos de exportación, y su aporte de modernidad productiva, minería y agro -exportación se basan en modelos muy distintos, pues la última se basa en costos salariales reducidos en forma compulsiva. Como se señaló en un reciente encuentro en la Red de Integración Amazónica, REDIA, el “boom agrexportador” se basa en la así llamada Ley de Promoción Agraria, que reduce los derechos laborales, salariales, en especial, y se implantó con carácter temporal a inicios de la década del 2000, y ahora se  quiere extenderla, con pleno apoyo del presidente Martín Vizcarra y casi todas las bancadas.
En adición, el éxito agroexpertador se está dando gracias a los proyectos de irrigación recientes, como Chavimochic y Olmos, (ver tambien el link) los cuales fueron prácticamente sacrificados por Odebrecht y asociados, recortando sus componentes de generación hidroeléctrica, y entregando las tierras, no a los agricultores descapitalizados de la zona, como era la intención original de las regiones, sino a grandes corporaciones que compraron “lotes” de miles de hectáreas. Muchas voces en el país señalan el regreso al viejo latifundio con una nueva etiqueta de “agrobussiness”, que, sin embargo, está generando un empleo mal remunerado a una población que antes estaba mucho peor.
En realidad, la “clase” gobernante filo angloamericana y la inversión extranjera no quiere pagar nada ni arriesgar nada en pro del desarrollo industrial del país, pese al clamor de las regiones y los gremios profesionales del país.
Aparentemente alentados por el super ciclo del precio alto del cobre, nos conformamos con el magro 4% de crecimiento, cuando eso no alcanza para absorver los 250,000 jóvenes que cada año ingresan al mercado laboral.
Infraestructura, ciencia e industria, para un empleo digno  
1.4.19

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