Por: Manuel Hidalgo
En los recientes años hemos visto como nunca grandes crisis humanitarias y migratorias en el continente americano, que afectaron a países como Haití, los países de Centroamérica, Venezuela, entre otros países, y como países receptores Estados Unidos, Colombia, Brasil, México o Chile. Y este escenario se ve con mucha mayor gravedad en otros continentes.
Así, ante una crisis económica de sanidad
y humanitaria a nivel global, solo vemos dos alternativas en marcha: el
desarrollo o la despoblación del mundo, promovida por los grandes poderes
supranacionales.
En efecto cómo lo ha dicho Helga
Zepp LaRouche, del Instituto
Schiller, para resolver la crisis de los emigrantes haitianos, por ejemplo a Estados
Unidos, este debería promover un desarrollo rápido en Haití, con
inversiones productivas y cooperación tecnológica.
Sin embargo, no es esta la intención aparente del
Gobierno de Joe Biden, sino por el contrario, el hacer alianzas
militares geopolíticas contra China y Rusia y un ecologismo radical
decidido a detener el desarrollo en todo el mundo.
Todo lo contrario propone el presidente de
China Xi Jinping, quién, el 21 de septiembre, en la última Asamblea Anual
de las Naciones Unidas propuso una Iniciativa Mundial de Desarrollo en el marco
de la iniciativa china de Una
Franja Una Ruta.
¿Qué tanto esta propuesta tendrá eco en América Latina? Pues
al entender el mensaje de Andrés Manuel López Obrador, Presidente de
México, el 22 de septiembre, ante la cumbre de la CELAC, Comunidad de
Naciones de América Latina y el Caribe, a la cual también asistió el
presidente chino, no lo tendría. México optaría por convencer a
América Latina a hacer el reemplazo de China en la cadena de suministros de los
Estados Unidos, alineándose así con la desastrosa estrategia geopolítica
anglo americana en contra China y Rusia, pese a los 7 años de colaboración CELAC
– China.
El Perú, como muchos otros países de la
región, se han visto muy favorecidos por el comercio y las inversiones de
China, estas últimas en el contexto de la iniciativa una franja una ruta o
la nueva ruta de la seda. Con inversiones por más de US$ 30,000
millones, y proyectos tan emblemáticos como el mega puerto de Chancay, realizado
por la mayor compañía naviera del mundo, la China la China COSCO, El
Perú solo ha recibidos beneficios de su alianza con China, y los
beneficios pudieran ser mucho mayores, también para los países
vecinos.
Se requiere una decisión fuerte de parte de todos los
sectores políticos nacionales para evitar la creciente destrucción de
las condiciones de vida en nuestros países. El debate no es comunismo vs. Capitalismo, como lo plantean los fanáticos
de uno u otro lado. En el caso de las inversiones chinas en la región: siempre
han constituido una oportunidad de oro en la cooperación para el desarrollo,
que no hemos tenido después de las truncadas iniciativas de F. D. Roosevelt, 80
años atrás.
28 de septiembre de 2021