Por: Manuel Hidalgo
El mensaje del presidente Pedro Castillo, el 28 de julio de 2022 frente al
Congreso de la República omitió un enfoque estratégico sobre la infraestructura
para conseguir el bienestar de los ciudadanos. Se limitó a repetir el enfoque y
los proyectos de los últimos presidentes.
Si bien es cierto que el presidente Castillo habló de los proyectos
principalmente hidráulicos de Majes y Chavimochic, “trabados” hace cinco años, presentó
también los avances sobre el muelle Norte del puerto del Callao, además de
saludar la inversión china en el mega puerto de Chancay, además de otros
anuncios sobre la red de carreteras y los hospitales, el Tren Grau y otros dos
proyectos, proyectos ferroviarios presentados por el ministro de Transportes y
Comunicaciones de su régimen ante el Congreso de la República en las pasadas
semanas.
Todo lo cual es positivo en principio, no dijo una palabra sobre los
proyectos de energía hidroeléctrica.
Aún más: ignoró por completo la conexión
ferroviaria bioceánica Brasil – Perú, propuesta con apoyo chino desde 2016,
y discutidos meses atrás con el presidente de Brasil Jair Bolsonaro. Aún cuando
mencionó la participación de China en las inversiones alrededor del megapuerto
de Chancay [ y quizás el probable establecimiento de una Zona
Económica Especial en dicho puerto] nunca mencionó el estratégico enfoque
global de China de Una
Franja, Una Ruta.
Pero ocurre que los Corredores de desarrollo y la provisión de energía son
claves para el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos.
Esto lo ha entendido mejor el presidente de Chile Gabriel Boric, que tiene
la misma perspectiva ideológica de izquierda que Castillo, pero que no ha
dudado señalar que la construcción de las redes ferroviarias eléctricas en
Chile son un paso crucial para asegurar la inclusión y el bienestar de los
ciudadanos de su país.
La omisión del aspecto de la energía es bastante grave también, pues con un
inmenso potencial de generación hidroeléctrica, la inacción de los últimos 5
gobiernos en el Perú está acentuando el riesgo de incrementar la pobreza
energética y la baja productividad. ¿Cómo se movería sino la red ferroviaria? Esto
también es un perfil de las “propuestas” de Nuevo Trato Verde, el Gran Reseteo y
otras políticas anti industriales y maltusianas que son esgrimidas por el Banco
Mundial como punta de lanza de la oligarquía financiera de Londres y Wall
Street, y son acogidas como una suerte de resistencia anticapitalista por
izquierdistas desorientados, que lastimosamente van siendo la mayoría.
Como lo estableció en su momento el economista y pensador
norteamericano Lyndon LaRouche, la Densidad del Flujo Energético (DFE)
creciente es una precondición para las mejoras tecnológicas y los aumentos de
la productividad del trabajo humano, y que llevan a incrementar la Densidad
Relativa Potencial de Población (DRPP), medida universal del progreso
humano, base dentro un proceso de mejoramiento del bienestar y la dignidad
humana.
Castillo tiene una oportunidad para acelerar el paso, pero el espacio
temporal es pequeño. De no hacerlo, tendremos cada vez más pobres en un país
con un rico potencial.
31/07/22