Los proyectos deben evaluarse, principalmente, no desde el punto de
vista de la devolución del préstamo al prestamista, sino, conforme a
su contribución a elevar el bienestar presente y futuro de la nación. Ese
bienestar se puede medir conforme a la densidad relativa
potencial de población, es decir, la capacidad de la economía, conforme a los recursos
disponibles, de sostener una mayor población en un futuro cercano. Este
concepto, desarrollado por el economista norteamericano Lyndon
LaRouche, se relaciona a otros conceptos:
- El incremento de la densidad del flujoenergético, con incorporación tecnológica, que implica fuentes energéticas cada vez más modernas, como la energía nuclear;
- La integración de Las infraestructuras en “corredores de desarrollo”,
- Asimismo, la infraestructura debe estar en coherencia a las políticas de industrialización de la nación,
-
La infraestructura “produce productividad”, haciendo "que la inversión pública genere inversión privada". No sólo rentabiliza la inversión privada, reduciendo costos de energía, de trasporte, de servicios, logísticos en general, sino que, en la mayoría de los casos, hacen posible un inversión privada que de otro modo sería del todo inviable.En su propia construcción, la infraestructura contribuye al crecimiento economía en forma inmediata por su efecto multiplicador, pero su impacto total es muchísimo mayor. A manera de ejemplo, el proyecto de Ferrocarril Transcontinental Brasil – Perú cumple con las condiciones general y especificas citadas, considerando la gran cantidad de emprendimientos nuevos que hará posibles en el interior del país, como potencial exportador y atendiendo a la demanda interna. El comercio con Brasil y China abren una demanda que generará un shock externo adicional, con grandes impactos en el crecimiento.
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