Desde inicios
de los 90, con la desaparición del Instituto Nacional de Planificación, INP, y
en la propia Constitución ultra liberal de 1992, el propio concepto de
planificación fue retirado del orden constitucional en el Perú.
Hoy continúa
la situación, pese al holograma que se llama a veces Consejo Nacional de
Planificación, CONAPLAN, como órgano “asesor”, con productos menos que
virtuales, intento deliberado por encubrir lo evidente: la ausencia cualquier
direccionamiento nacional, quiera o no llamársele planificación.
El a veces
mencionado Plan Bicentenario no cumple los requisitos de un Plan Estratégico,
por sus plazos y objetivos, careciendo de formalidad y peso normativo.
En el siglo XX
floreció la planificación en sus
diversas modalidades: central, como en la Unión Soviética y en China,
indicativa como en la Francia de De Gaulle, y otras de tendencia mixta, como la
de los Planes Quinquenales de Corea
del Sur y el caso de Brasil en su etapa desarrollista en las décadas de
1950 - 60 y 70.
Pero la
tendencia contradecía el libre mercado y pronto se gestó el contragolpe. Desde los años
de 1940, ideólogos ultra liberales
europeos de origen monárquico, como von Ludwig von Mises y Frederick von Hayek (“Camino de
servidumbre”), con apoyo de la internacional ideológica liberal conocida como
la Sociedad Mont Pelerin, sacaron la especie:
Planificación = comunismo = fascismo
No fue hasta
el régimen de Margaret Tatcher, y en adelante, en los últimos 35 años, se procedió a la desrregulación masiva de la
economía en los países de la OECD y por consiguiente, en casi todo el mundo
occidental. El argumento es que la economía es un orden “natural”, y que los
únicos que deben tomar decisiones económicas son los empresarios. La gran crisis de 2008 en Estados Unidos y
Europa han deslegitimado estas propuestas, pero los cambios aún no se realizan.
En el Perú,
los 7 últimos presidentes han dejado la economía en “piloto automático”, pero
la falta de un esfuerzo coordinado, por ejemplo, a través de un Plan IndustrialNacional (ver artículo) o un Plan Nacional de Infraestructura, nos hace perder oportunidades y
la pobreza crece, pese al gigantesco potencial del país.
Usted, ¿Qué opina?
20.5.18
No hay comentarios:
Publicar un comentario