En la ola de pesimismo que sufrimos, donde los medios de prensa venden
la idea que NO-HAY-SOLUCION, es “natural” que nuestra población desconozca los
hechos en una región que, hasta hace poco tiempo, era el centro de la tragedia
del mundo: África. Hambrunas, epidemias, guerras, éxodos, parecía que las siete
plagas se habían cernido sobre el continente que es la cuna de la
Humanidad.
Todos los malthusianos en los países desarrollados veían un
despoblamiento progresivo del continente; pero hoy, aunque los problemas no se
han resuelto, el rumbo de los acontecimientos se otro, y tiene que ver
con las inversiones de China y otros países ligados a Una Franja, Una Ruta.
Hoy, las masivas inversiones chinas, negociadas con los gobiernos
africanos, ha generado una gran reactivación productiva y relanzamiento de la cooperación
intra regional. Emblemático es la construcción ferroviaria, por ejemplo, del ferrocarril Yibuti (Yibuti) –
Addis Addeba (Etiopía), concebido como un corredor económico, y como este son en total 6
proyectos ferroviarios, que unen países que antes eran enemigos mortales.
África ya está estudiando cómo convertirse en un nuevo centro fabril mundial.
Según fuentes rusas, citadas en el web
site LaRouchePAC, en el año 2000, el total del intercambio entre China y los
Estados africanos sumaba unos $10 mil millones de dólares, pero ya en 2014
China se había convertido en el principal socio comercial de África, con una
suma total de $220 mil millones de dólares.
El aspecto financiero es
crucial. En 2017 China proporcionó préstamos a países africanos por más de $100
mil millones de dólares, principalmente a Egipto, Argelia, Sudáfrica, Etiopía,
la República Democrática del Congo, Zambia, Angola, Marruecos, Níger, Camerún y
Chad. ¿Cómo? Según la misma fuente, el Fondo de Desarrollo China-África,
conocido como el Fondo CAD (por sus siglas en inglés), creado y financiado por
el Banco de Desarrollo de China, entidad del Estado chino que comenzó
operaciones en 2007, ha llevado a cabo inversiones directas en África a través de
proyectos cofinanciados por compañías chinas y de otros países en el continente
africano. Los proyectos son de infraestructura, producción industrial,
agrícola, extractivos, entre otros.
En la última década, China
participó en la construcción de más de 100 zonas industriales, de las cuales el
40% ya está funcionando; han construido 5,756 kms de vías ferroviarias; 4,335
km de carreteras; 9 puertos; 14 aeropuertos; 34 plantas de energía eléctrica,
así como 10 plantas hidroeléctricas grandes y unas 1,000 pequeñas, es el total
hasta fines de 2016 de los proyectos en los que participó el Fondo CAD.
Un monto y una naturaleza de
estas proporciones son comparables solo con el Plan Marshall, impulsado por Estados
Unidos a favor de sus aliados después de la Segunda Guerra Mundial.
En resumen, es un nivel -- China – África -- mucho más profundo que el alcanzado
en Sudamérica, pese a que países como Brasil, Argentina, Uruguay, Perú, Bolivia, y Chile se han manifestado por
unirse a la iniciativa global china de Una Franja, Una Ruta, en el marco del
BRICS – Plus.
En 2016, en su visita al Perú, el presidente chino Xi Jinping ofreció expresamente ayuda para la industrialización. Recibió el rechazo del entonces presidente PPK.
Sólo una planificación
proactiva de nosotros mismos empujará a convertir esta oportunidad en industrialización,
abandonando para siempre la dependencia de las exportaciones de materias
primas.
10.8.18
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