Todos los voceros ultraliberales,
a la vez que se oponen férreamente a las hidroeléctricas, los corredores bioceánicos y a la construcción de redes ferroviarias integradas, y a cualquier tipo de política industrial,
están apostando todo a “mantener” el sistema con exportaciones mineras y con el
nuevo boom de las agro exportaciones.
Además, exigen las “reformas”
para “mejorar” los fundamentos de la economía peruana, fundando la
competitividad en … reducir al mínimo los costos laborales.
¿Es correcto el razonamiento?
Aunque es una buena noticia tener más ingresos de exportación, y su aporte de modernidad productiva, minería y agro -exportación se basan en
modelos muy distintos, pues la última se basa en costos salariales reducidos en
forma compulsiva. Como se señaló en un reciente encuentro en la Red de
Integración Amazónica, REDIA, el “boom agrexportador” se basa en la así llamada
Ley de Promoción Agraria, que reduce los derechos laborales, salariales, en
especial, y se implantó con carácter temporal a inicios de la década del 2000,
y ahora se quiere extenderla, con pleno apoyo del presidente Martín Vizcarra y casi todas las bancadas.
En adición, el éxito agroexpertador
se está dando gracias a los proyectos de irrigación recientes, como Chavimochic
y Olmos, (ver tambien el link) los cuales fueron prácticamente sacrificados por Odebrecht y asociados, recortando sus componentes de generación hidroeléctrica, y entregando las tierras, no a los
agricultores descapitalizados de la zona, como era la intención original de las
regiones, sino a grandes corporaciones que compraron “lotes” de miles de hectáreas.
Muchas voces en el país señalan el regreso al viejo latifundio con una nueva
etiqueta de “agrobussiness”, que, sin embargo, está generando un empleo mal
remunerado a una población que antes estaba mucho peor.
En realidad, la “clase” gobernante
filo angloamericana y la inversión extranjera no quiere pagar nada ni arriesgar
nada en pro del desarrollo industrial del país, pese al clamor de las regiones
y los gremios profesionales del país.
Aparentemente alentados por el
super ciclo del precio alto del cobre, nos conformamos con el magro 4% de
crecimiento, cuando eso no alcanza para absorver los 250,000 jóvenes que cada
año ingresan al mercado laboral.
Infraestructura, ciencia e
industria, para un empleo digno
1.4.19
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