Según los últimos reportes (Gestión, 16.12.19,
p. 27), y como se ha advertido en los últimos años, (ver post) el
gasto en inversión pública, hasta el 13
de diciembre, ha llegado sólo al 53%, gastándose sólo 28,000 millones de
soles, de los 52,000 millones presupuestados, una bajísima proporción nunca
antes vista, y que demuestra que: se gasta poco y mal.
El gobierno retira capacidad adquisitiva de la
población y las empresas, y no la reintroduce a la circulación económica, contribuyendo
con una desaceleración del crecimiento del PBI, sin retorno. De hecho, el
pronóstico de crecimiento del PBI era de 4.2% al inicio del año, y hoy se duda
que llegue al 2%.
¿Porqué?
Ausencia de toma de decisiones.
El gobierno no dió un sólo paso para abandonar
el esquema de las cuestionadísimas Alianzas Público – Privadas APP, esquema que
- vox populi - alentó la corrupción; por el contrario, estuvo con pies de plomo
con optar por la alternativa, la obra pública clásica.
Es más: ni siquiera dió luz verde a las APP
cuyos beneficiarios no eran las constructoras de siempre, como se dio con la
declaratoria de desierta de la concesión del proyecto ferrocarril Lima- Ica, a
la que postulaba la mega ferroviaria China Railways.
Al apostar por la obra pública convencional,
dejaría sin piso al conjunto de constructoras brasileñas (Odebrecht, la
principal) y sus consorciadas peruanas - bautizadas como el "Club de la
Construcción"; que en otros países, como Colombia, están prohibidas (a
diferencia de Perú) de contratar con el Estado.
Un problema adicional es que buena parte del
presupuesto se destina oficialmente a pagar reparaciones judiciales,
compensaciones y sobrecostos a las constructoras, fruto de contratos APP pésimamente
negociados y negociados por parte del Estado.Estas “contingencias”
han llegado a ocupar hasta el 70% del presupuesto público del
sector Transportes, el mas relacionado a la infraestructura.
A titulo de ejemplo, Graña y Montero, la
socia peruana de Odebrecht, acaba de demandar al Estado peruano por mas de US$ 500
millones, por la suspensión del írrito contrato por el Gasoducto Surperuano.
24/12/19
EL NIVEL O % DE LA INVERSIÓN PÚBLICA, ES UNA VERGÜENZA, QUE DEMUESTRA, ENTRE OTRAS FALENCIAS : IMPROVISACIÓN, INCAPACIDAD Y SOBRETODO INSENSIBILIDAD ANTE TANTAS NECESIDADES Y URGENCIAS, EN SALUD, EDUCACIÓN, SEGURIDAD, EMPLEO. EN POCAS PALABRAS : MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA DE LOS PERUANOS. LA PÉSIMA INVERSIÓN NO SÓLO SE DA EN EL GOBIERNO CENTRAL. PEOR ES, EN LOS GOBIERNOS LOCALES Y REGIONALES, DÓNDE LA INOPERANCIA ES PAN DE CADA DÍA. EN RESUMEN : TENEMOS LAS PEORES AUTORIDADES, DÓNDE EL DENOMINADOR COMÚN, ADEMÁS DE LA INOPERANCIA, ES LA MALDITA CORRUPCIÓN. EL CAMBIO DE ACTITUD Y MEJORES /NUEVOS VIENTOS, ESTÁ EN CADA UNO DE NOSOTROS. HAGAMOS QUE EL NUEVO AÑO, SEA DE REALIZACIÓN Y MEJORES AUGURIOS PARA LOS MÁS NECESITADOS. FELIZ AÑO 2020, PARA TODOS.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo .... Saludos cordiales
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