Si bien es cierto que la infraestructura es
buena igualmente si la hace el Estado o el privado, siendo la inversión publica y las concesiones conplementarias, sin embargo, disminuir
arbitrariamente la participación del Estado en la infraestructura tiene costos injustificablemente
altos:
-
El costo monetario se traslada al
público usuario, quien ya ha tributado… El costo puede incluso trasladarse
antes que la infraestructura esté en funcionamiento esté en funcionamiento.
-
Infraestructura vital pero de
inversión muy alta o de rentabilidad directa baja son postergados,
priorizándose en algunos casos proyectos de menor alcance nacional. La
tendencia es a centralizar la infraestructura en Lima por aspectos monetarios.
-
Crece el endeudamiento del país en
divisas,
-
Se cede el control por 30 años o más
de la infraestructura construida a empresas privadas o estatales foráneas.
Perú
ha tenido el tino de asociarse tempranamente con China y con Brasil, lo cual ha
permitido que la inversión en infraestructura tenga buenas perspectivas por la
participación de esos países. Sin embargo, la brecha es aun inmensa, de cerca
de US$ 280,000 millones, por el rezago de la inversión pública directamente en
manos del Estado.
Se
requiere:
· Un Plan Nacional de Infraestructura,
asociado a un Plan Nacional de Desarrollo, que incluya energía nuclear y trenes
de alta velocidad, bajo un concepto de Corredor de Desarrollo";
·
Uso eficiente del presupuesto público, hoy atomizado e ineficiente;
· Uso por el Estado del crédito
público nacional e internacional para infraestructura, mediante organizaciones
ad hoc (Banco Nacional de Desarrollo, etc.)
Todo lo cual debe estar mediado
por un Plan Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, financiado por el
Estado. Existen bastantes referencias historicas y actuales de estas politicas, como se puede apreciar en la web page LaRouchepac.
No hay comentarios:
Publicar un comentario