De hecho, si el Perú no resintió casi
la guerra comercial de EE.UU. contra China en 2019, conservando con poca
variación sus exportaciones a ambos sus principales socios comerciales, este
año se percibe ya una caída de importantes rubros de exportación, como el
cobre, debido a la recesión causada por la cuarentena en la mayoría de países
industrializados.
China es el principal socio
comercial del Perú y prácticamente el principal inversionista extranjero; así
como los EE.UU. son nuestro segundo socio comercial, por lo cual una
confrontación entre estos dos países sería catastrófica, incluso para toda
América Latina.
Aun cuando en el Perú se siente
un resentimiento de algunos sectores manufactureros, como textiles,
confecciones y calzado, en
relación a las masivas importaciones de productos baratos desde China; y
existen demandas sociales en relación a empresas chinas, en balance los
crecientes lazos económicos con el gigante asiático han sido muy beneficiosos,
en especial desde el Tratado de Libre Comercio bilateral de 2009:
-
Asegurando la demanda internacional para
nuestros productos mineros y agropecuarios, que ha permitido que los ingresos
por exportaciones suban consistentemente, superando incluso el deterioro de los
términos de intercambio de décadas anteriores;
-
Asegurando abastecimiento de bienes de capital e
insumos industriales, vital para nuestras empresas, a precios mucho mas
competitivos,
-
Garantizando un abastecimiento de bienes de
consumo baratos para los sectores populares, que ha paliado así las situaciones
de empleo desfavorables.
-
Incrementando de la inversión
directa interna china por un
total de US$ 30,000 millones en los sectores: minero, gas, petróleo,
generación eléctrica, portuario, logístico,
ingeniería, bancario, entre otros, en dimensiones no alcanzables para
los países inversionistas tradicionales (EE.UU., Canadá, Reino Unido, Alemania,
Francia). Sólo en
minería la inversión china asciende a USD 11,700 millones. Las Bambas, la
ampliación de Toromocho, y el Megapuerto de Chancay son las inversiones bandera
del gigante asiático
Los beneficios
serían mayores de no mediar el rechazo del gobierno de Pedro Pablo Kuczsinski
en 2017 a la oferta china de asumir la construcción
del ferrocarril bioceánico Brasil Perú, en medio de las alarma del gobierno norteamericano por el supuesto “avance
geopolítico” de China en el subcontinente.
El gobierno y
el sector empresarial peruano se han mantenido cautelosos de momento ante las
posturas beligerantes anti chinas de algunos sectores del gobierno
norteamericano; enfatizando los 50 años de relaciones diplomáticas entre ambos
países y su alianza
estratégica integral que ha ayudado a que el país supere la profunda crisis
de las dos últimas décadas del siglo pasado.
06 de Mayo de
2020
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