La oportunidad que trae el megapuerto de Chancay y la Zona económica especial propuesta para ubicarse adyacente a dicho puerto da lugar a varias reflexiones en relación del diseño y las condiciones concomitantes que debe tener la estrategia de las ZEE para llevar a un desarrollo industrial a nuestro país.
¿Qué atrae a la inversión nacional y en especial la extranjera a una Zona Económica
Especial? Es cierto que los beneficios tributarios al IGV y al Impuesto a la Renta,
las facilidades aduaneras (por ejemplo la importación temporal o los regímenes
de perfeccionamiento activo) y la ventaja de un puerto moderno y eficiente son
las primeras ventajas que se pueden mencionar. Sin embargo, muchos teóricos y
voceros del empresariado desde siempre han dicho que la mano de obra barata es
una ventaja competitiva para el Perú y en general para los países de la
subregión. Por extensión, también se ha sostenido que la mano de obra barata es
un atractivo también para las Zonas Económicas Especiales que se introduzcan en
la región.
Lamentablemente, esto se ha aplicado por décadas en el Perú, en la industria
minera, agrícola y otras industrias primarias, pero sin generar una verdadera
ventaja para el país, y ello se extiende al conjunto de Latinoamérica. Es
cierto que es mucho mejor un salario bajo que el desempleo; pero en el fondo
los bajos salarios atentan en contra del crecimiento de los mercados internos y
la consabida estabilidad económica, social y política, ya en los debates
parlamentarios de las décadas del 40 y el 60, un gran parlamentario decía que
se había que acabar con la política de “ azúcar cara, Cholo barato”. No le
faltaba razón.
Un colega me dijo recientemente que el Perú debería atraer inversiones no con la mano de obra barata, si no por el contrario, con energía eléctrica barata. Me hacía notar, como lo hemos hecho tantas veces en este blog, (ver posts 01, 02 y 03)que el Perú solo aprovecha entre el 4 y el 5% en su potencial hidroenergético; que es gigantesco; mientras que Chile está aprovechando más del 90% de su potencial.
Por cierto que la energía es parte de la infraestructura necesaria para generar la productividad de las empresas en general, incluyendo las que se instalen en las zonas económicas especiales. Hablando por ejemplo de la red ferroviaria eléctrica de la conexión bioceánica Brasil - Perú, procesos impostergables cuya rentabilidad social y económica es apreciada por la inmensa mayoría social y empresarial. Sin embargo, el propio desarrollo empresarial denota la necesidad de un capital humano en crecimiento; significado por un personal cada vez más cualificado tecnológicamente, que permita la incorporación tecnológica, qué es la base sólida para los incrementos de la productividad del trabajo y consiguientemente del capital. Es por ello que la propuesta de la Universidad de San Marcos de crear un Parque Científico Tecnológico puede ser de gran relevancia para atraer a las empresas extranjeras a la ZEE de Chancay.
De ser así, dicha Zona tendría el paradigma de la ZEE de Shenzhen, en
China, la cual en la actualidad es el centro de la innovación y la producción
de bienes tecnológicos a cargo de empresas como Huawei, ZTE, Tencent, y muchas otras. De otra forma, la ZEE
de Chancay podría parecerse más aquellas instaladas um Santo Domingo, con
industrias intensivas en mano de obra, pero que no generan un cambio
cualitativo en la economía de dicho país.
Por otra parte, los incentivos públicos específicos a la creación de
determinadas industrias por parte del Estado será crucial para lograr cambios
cualitativos en un país que sufre por falta de empleos dignos. Aprovechemos
esta oportunidad creando condiciones para un cambio verdadero.
Por: Manuel Hidalgo
01/10/23
Sobre el articulo: “Atraer inversión extranjera con energía barata, no con mano de obra barata”. Es una gran oportunidad para nuestro país aprovechar estas nuevas inversiones con respecto al megaproyecto de Chancay (tener presente las condiciones que debe tener la estrategia de las ZEE para llevar a un desarrollo industrial a nuestro país).
ResponderEliminarEsto trae consigo empleabilidad, emprendimiento y dar conocer al mundo de los productos peruanos. Esto nos lleva a analizar y re plantear la industrialización; lograr ser competitivos (conocimiento y experiencia) y lograr productividad (cumplir objetivos, optimizar los recursos y minimizar los costos) para que no se quede en simplemente en ofrecer nuestra materia prima y perder la gran oportunidad de generar valor y crecimiento económico para las empresas y la sociedad.
Gracias por el comentario, comparto completamente lo dicho, de hecho, el objetivo es la industrialización para salir bien del círculo extractivista.
ResponderEliminarMuy bien doctor, lo importante el desarrollo de la infraestructura nacional
ResponderEliminarSi Jorge. Revertir el atraso en ese aspecto que tiene el Perú
EliminarComparto totalmente. Pero somos consiente que para tener energía barata, se necesita inversiones en el campo educativo y mucho más en el área de ingeniería para la construcción y capacitación de los trabajadores de dichas plantas. Acá mismo en Argentina no aprovechamos las distintas formas de obtener energía como lo hacen países más avanzados en el tema. Esto se debe a que no hay una política educativa para tal fin. El día que los políticos sean obligados a blanquear y poner sobre la mesa los acuerdos de compra de insumos energéticos y demás negociados con empresarios de poca moral, las cosas cambiaran. Pero quién los obligara...??
ResponderEliminarEn efecto, el ciudadano de a pie no es consciente que la infraestructura y en especial la energética es clave para el bienestar propio y del conjunto. Y si es cierto que el rentismo de empresas y funcionarios empeora las cosas. De momento, sólo decir las verdades nos queda y esperar un proceso acumulativo de conciencia política
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