Con la noticia en los meses pasados del pedido de Argentina a unirse a los BRICS, llama a reflexión la posibilidad de retomar la verdadera cooperación internacional para el desarrollo, que se viviera durante las primeras “Décadas de desarrollo” propuestas por la Organización de las Naciones Unidas después de la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, en el Perú, en los años 50 y 60, la cooperación internacional de gobierno a gobierno o de los organismos internacionales permitió la construcción de proyectos tan importantes como las centrales hidroeléctricas del Mantaro y Cañón del Pato, la irrigación Chira - Piura, la modernización de la carretera Panamericana, entre otros, sin los cuales el Perú seguiría siendo una del medioevo.
En efecto, después del desacoplamiento del dólar respecto a oro, en 1971, que
dio fin al sistema original de Bretton Wood, y al sistema de paridades fijas de
las monedas, lo que siguió fué la Crisis de la deuda del Tercer Mundo y casi
paralelamente la crisis del petróleo, a mediados de la década de 1970, la
Cooperación Internacional para el desarrollo se desplomó. Lo que vino después fueron
las “décadas pérdidas”, en especial la de 1980; la estanflación en toda América
Latina. Dado que la cooperación internacional era también un ingreso de divisas
esperado por los gobiernos de la época para importar productos vitales, la
abrupta cancelación de esta cooperación se convirtió por el contrario en el
terrible problema de la deuda externa, que no solamente canceló los proyectos
de desarrollo, a través de las políticas de austeridad del Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial, sino que introdujo una horrible recesión en
todos nuestros países, provocando situaciones tan graves como la migración
forzosa de millones de ciudadanos, el incremento del narcotráfico, la presencia
de la violencia política que costó millones de vidas, y la creación de
amplísimos sectores de pobreza extrema.
Recuperación. Fue por eso crucial qué a partir de la década de
2010, cuando la mayoría de los países de la región empezaron a firmar acuerdos
del libre comercio con China y otros países de Asia Pacífico, mediante la APEC,
que se crea una demanda muy estable para nuestros productos de exportación. China
se convirtió además en el principal inversionista extranjero en Sudamérica, invirtiendo
en petróleo, minería, energía, construcción, infraestructura y transporte.
Más aún: a través de la iniciativa mundial china de Una
Franja Una Ruta, comenzó la construcción de infraestructura en muchos
países con él financiamiento y apoyo técnico de las empresas chinas. Por ejemplo,
Ecuador construyó toda una red de hidroeléctricas con el apoyo financiero y
tecnológico de China. Este aporte de comercio, inversión y cooperación de China
creó un periodo de estabilidad relativa en un continente sumamente afectado por
varias décadas de crisis global. Por ejemplo, los términos de intercambio de
América Latina mejoraron en estos años con el enfoque chino de “ganar – ganar”.
Pero lo más importante de la cooperación de China con el desarrollo se vio parcialmente
frenado el año 2016, cuando los gobiernos de Lima y Brasilia se negaron a
avanzar la propuesta China del corredor
ferroviario bioceánico Perú Brasil, qué China ofrecía financiar como
una infraestructura en concesión. Mucho tuvo que ver con esto la actividad “diplomática”
geopolítica de los Estados Unidos, que con una visión del siglo XIX vieron la prosperidad
de América latina como una “amenaza”.
Hoy, los mercados financieros occidentales aparecen irremediablemente
quebrados. Entretanto, las naciones organizadas por ejemplo en la Organización
de Cooperación de Shanghái, o en los BRICS, o en la APEC, están mostrando
un vigor que el Occidente no muestra más.
- 1.
La suspensión
del pago de la deuda de los países más pobres
- 2. Un nuevo
sistema monetario universal para reemplazar al Banco Mundial y al Fondo
Monetario Internacional.
- 3.
La
creación de un nuevo sistema de crédito que debería se relacionado con
el desarrollo global
- 4. Acuerdos
de Comercio triangular
entre el sector desarrollado, los países de la órbita socialista de entonces y
los países más desarrollados de la OCD.
La propuesta de Indira Gandhi era casi idéntica a la propuesta del Banco
internacional de Desarrollo del economista
estadista norteamericano Lyndon LaRouche un año antes. Es esta
misma propuesta actualizada la que se está imponiendo en la práctica como
producto de la crisis financiera global de Occidente y el establecimiento de
las sanciones en contra de Rusia China y otros países del sur global.
Es en este contexto que debemos ver las perspectivas de desarrollo para nuestros países. En ello tenemos la buena esperanza.
17 de noviembre de 2022
Manuel Hidalgo
Nota: en la ultima foto se aprecia a Shri Kocheril Raman Narayanan, Presidente de India, con Ramtuanu Maitra, Lyndon LaRouche, y Helga Zepp LaRouche. En: https://www.thehindu.com/news/national/schiller-institute-calls-for-new-bretton-woods-to-end-war-economic-crisis/article65733943.ece
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